sábado, 18 de septiembre de 2010

Consonancias

Algunos pintores impresionistas, entre ellos Monet, recurrieron en sus cuadros a las sombrillas y paraguas con el fin de filtrar la luz y dar mayor definición al espacio. En esta obra de gran formato la figura de una mujer contemplada desde abajo, en plena campiña, centra toda la atención del artista. Su presencia se confunde con la agitación de un entorno marcado por el fuerte viento y la luz tamizada. Monet logra infundir una gran sensación de libertad proyectando sobre el vestido de la dama una sombra malva. La vida humana tiene muchas consonancias con el sentido de esta obra. El hombre gravita en torno a un mundo marcado por la luz tenue y la fuerte ventisca que le arrastra hasta la imperfección cuando no sabe hacer uso de su libertad. Hoy hemos perdido el sentido del pecado. En las calles de nuestras ciudades, en los medios de comunicación, en el seno de muchas familias, se está propagando con engañosa naturalidad un irracional e imprudente deseo de trasgresión, una estridente apología del mal, una falsa idea de libertad que confunde el egoísmo, la mentira y el vicio –males que nos apartan de la vida y secan la fuente de nuestra libertad y dignidad- como conquistas de la sociedad. ¡Haznos abrir los ojos, Señor! ¡Qué una ráfaga de cordura limpie las impurezas del ambiente que nos rodea y quede tan sólo la pulcritud de nuestro corazón! Como la imagen de esta figura de Monet, limpia, pulcra y clara en un espacio de verdadera libertad.












ORACIÓN:

Te damos gracias, Señor, porque, a través del mundo, nos has revelado tu poder y tu gloria; haz que sepamos ver tu providencia en los avatares del mundo y concédenos la alegría, la serenidad y la concordia para edificar un mundo mejor.