sábado, 29 de agosto de 2009

Serenidad

Probablemente sea el cuadro más famoso del pintor holandés Veermer. Pero además de famoso es uno de los más interesantes porque se aleja del resto de su producción pictórica. Detallista hasta el máximo, en esta obra Veermer abandona su técnica habitual, deja de lado su devoción sintética para seguir la línea de ruptura a la que también recurre Rembrant en algunos de sus retratos anónimos.

La muchacha con perla ha inspirado a literatos y artistas de toda clase. Muchos han querido ver más allá del cuadro, pero yo prefiero quedarme con lo más cercano. Vermeer no retrató a esta joven, la insinuó, y lo hizo fijando no el detalle sino el espíritu y la sensación que transmitía. Los diversos intentos por descubrir quien es esta adolescente han dado bandazos en todas las direcciones, pero lo que para mí debería ser unánime es la sensación de serenidad que contagia. Puede ser tanto una joven agricultora como la hija de un acaudalado comerciante, lo único que sabemos es que disfruta de una paz interior que se transmite al exterior, y que en cierta manera contagia a todos cuantos contemplamos la pintura.

Esta es la clave de la felicidad, la serenidad; si estás bien contigo mismo estás bien con los demás. No hagas al prójimo lo que no quieras que te hagan a ti, haz con ellos lo que te gustaría que ellos hicieran contigo. La fórmula aparenta ser fácil, pero su puesta en práctica es una compleja operación alquímica que, como todo específico espiritual, no debe actuar sobre el fin sino sobre la causa. El hombre que es feliz transmite felicidad, el que no lo es, por mucho que lo pretenda, es incapaz de hacerlo. Este debe ser nuestro secreto, el mismo que el de la muchacha de la perla. Cuida tu serenidad y estarás fomentando la felicidad entre los que te rodean.







ORACIÓN:

Haz, Señor, que permanezcamos en tu Amor, buscando tu voluntad. Ayúdanos para que resistamos en la tentación, aguantemos en la tribulación y te demos gracias en la prosperidad.

martes, 25 de agosto de 2009

Una maleta cristiana para el verano

Encima de todo el equipaje, que no falte la Palabra de Dios. ¿No buscamos amigos con los que hablar y entablar conversación? Dios, te lo aseguro, es el mejor confidente

Junto a los utensilios de aseo, procura añadir “el silencio”. Es un buen tonificante.

Nos hace sentirnos más oxigenados y, como si fuera un espejo, la calma nos enfrenta a la verdad de nuestras vidas y de nuestras personas.

A un lado de los diversos libros de lectura, incluye alguno que tenga identidad cristiana. El pensamiento de autores cristianos nos da pistas para situarnos en diferentes cuestiones que se nos presentan en el día a día.

Además de cerrar bien la maleta, procura sellar también los momentos de amargura y de contrariedades que has podido tener en los últimos meses. Al verano hay que ir con dos necesidades: la del descanso y la del olvidar las ofensas.

Lleva ropa ligera pero, eso sí, no te desprendas de aquella otra que es imprescindible para no mudarte de lo esencial; que nadie te despoje de la belleza de tu interior; que nada–especialmente lo efímero de estos meses- te hagan arrojar lo que, en una persona, es grande: su dignidad. Es un traje que, luego, cuesta mucho recuperar. No se puede comprar.

Si marchas lejos, utiliza el pasaporte de tu universalidad. Tu impronta viaja contigo. ¿Por qué renegar de ella? ¿Eres cristiano? Que, en tu pensar y obrar, en tus actuaciones y consejos, alguien pueda decir: “se nota que, éste, viene de un país católico”.

Como calzado, además del que protege los pies, no olvides el de la caridad. Estos meses son positivos para buscar el bienestar de uno mismo. Pero, al mismo tiempo, pueden ser un trampolín para intentar hacer felices a los demás.

Si utilizas maquinilla de afeitar, corta los signos de antipatía que hay en tu rostro;si, usas, productos de belleza, que no enfunden o distorsionen la espontaneidad que hay en ti.

Cuando desdobles los planos y los mapas de los lugares o ciudades que visitas, no olvides poner una “crucecita” en la más cercana Iglesia. Un cristiano, por si lohas olvidado, ha de vivir y sentir la eucaristía como si fuera el mejor refresco y el mejor chapuzón veraniego.

Finalmente, cuando instales la maleta en la parte superior del coche, en el avión, en el barco, en el tren o en el autobús…no dejes de lado, en ese mismo momento, de mirar hacia el cielo: Dios te acompaña. Y, cuando emprendas el viaje, además de decir “nos vamos de vacaciones”, recites una oración al Señor para que, por lo menos, volváis tan contentos y tan saludables como os marcháis. (J.Leoz)






No quedan días de verano para decirnos adios.

lunes, 24 de agosto de 2009

Contra el estrés

Ríe. Ríe mucho. El buen humor
es un poderoso antídoto contra
el estrés. Adopta una visión
humorística de la vida. Procura
la compañía de personas capaces
de hacerte reír.







domingo, 23 de agosto de 2009

Nosotros queremos seguirte, Jesús

La fe es una opción personal; es decir, soy yo personalmente quien decide si quiero seguir a Jesús o no. Nadie me lo puede imponer, ni Dios, ni los demás. Es cierto que la fe es, también, un don de Dios, y que Dios me da su gracia en los sacramentos para que pueda seguirle. Pero también es cierto que Dios respeta mi libertad y soy yo quien tiene la última palabra en mi relación con Dios. Por eso la fe no es fruto del ambiente. Es cierto que en un país tradicionalmente católico, como es España, lo lógico es que la gente siga siendo católica. Pero la última razón de mi fe no es el ambiente. La fe no es el desarrollo automático de haber recibido un sacramento de pequeño: Bautismo y Eucaristía, porque para que se desarrolle el sacramento hace falta la respuesta personal.

La primera lectura y el texto del evangelio nos vienen a plantear esa opción personal. En la primera lectura, Josué pone al pueblo de Israel en la disyuntiva de tener que optar entre servir a otros dioses o servir al Señor. El pueblo de Israel opta por seguir al Señor que los ha sacado de la esclavitud de Egipto. Luego el pueblo de Israel manifestó otra vez sus continuas infidelidades. En el texto del Evangelio, cuando mucha gente abandona a Jesús, porque no podían aceptar su mensaje, Jesús les dice a sus apóstoles: "¿También vosotros queréis marcharos?". A lo que responde San Pedro, en nombre de todos: "Señor, ¿a quien vamos a acudir? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que eres el Santo consagrado por Dios". Los apóstoles también hicieron su opción personal por seguir a Jesús. Entre ellos estaba Judas.

El texto del Evangelio de este domingo XXI del tiempo ordinario es el final del capítulo seis de San Juan, el final del discurso del pan de vida. Pone de manifiesto el escándalo de unos y el consiguiente abandono de Jesús y la opción de los apóstoles. ¿Qué es lo que decía Jesús como más significativo en este discurso, que provocó el rechazo?

Jesús es el Pan de Vida. Con esta afirmación Jesús está queriendo decir que él es Hijo de Dios, que es el sentido y la razón de la vida del ser humano. Verdad que no podía ser aceptada por la mentalidad judía porque eran monoteístas; los judíos pensaban que Dios era único y no podían concebir "otro ser divino igual a Yavé" en la persona de Jesucristo. Si nosotros aceptamos que Jesucristo es la razón de nuestras vidas, que él es la clave de nuestra felicidad, hemos de abandonar comportamientos que expresan que nosotros pensamos que la felicidad está en el poder, en el tener, en la fama o en el gozar.

El que cree en él tiene vida eterna. Aceptar la persona de Jesús, su humanidad y su divinidad, aceptar su mensaje del Reino y del Amor, y vivir de acuerdo a lo que se cree, es el acceso a la vida eterna. Lo que supone también aceptar que hay otra vida, que no todo termina con la muerte y que no es indiferente mi modo de vivir esta vida. Como he dicho antes la mentalidad judía no puede aceptar a Jesús como Dios y por tanto eso le quita autoridad a lo que dice. El judío, menos los saduceos, si aceptaban que hubiese otra vida, aunque era una creencia no muy perfilada. Si nosotros aceptamos que hay otra vida y que ésta la tenemos que vivir como dijo Jesús, esa creencia debe modelar toda nuestra existencia.

El que come su carne y bebe su sangre tiene vida eterna. Supone aceptar la presencia de Jesús en el pan y en el vino de la Eucaristía, lo que no deja de ser un acto grande de fe en la persona de Jesús. Para los judíos era una revolución en su modo de entender el culto con Dios; de algún modo, aceptar la presencia de Jesús en el pan y en el vino, invalidaba las otras formas de relacionarse con Dios que tenía el pueblo de Israel. Quien cree que Jesús está presente en el pan y en el vino de la Eucaristía, aprecia esa presencia y vive de esa presencia.

La opción personal que nos plantea hoy Jesús se podría expresar así:

¿Crees que la felicidad sólo te puede venir de Jesús, de su mensaje, de sus valores? ¿En dónde buscas la felicidad?

¿Crees que después de esta vida hay otra vida? ¿Cómo incide esa creencia en tu vida concreta?

¿Crees en la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía? ¿Haces lo posible y lo imposible por comulgar?

Yo creo que mucha gente que decimos que creemos en Dios y en Jesús no siempre respondemos positivamente a estas preguntas. Buscamos la felicidad lejos de Dios, no aceptamos la vida eterna y pasamos de la Eucaristía.

Que esta Eucaristía nos ayude a aclarar nuestra fe, para que podamos decir con San Pedro: "Nosotros creemos y sabemos quien eres, Jesús".




El evangelio explicado en 4 minutos. Clip de meditación de Juan Segura para la web elcantarodesicar.com correspondiente al domingo 23 de agosto de 2009. Imágenes de los Sagrados Corporales de Daroca.



DOMINGOS CON JESÚS. EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 6, 51-58. 23 de Agosto 2009. Pbro. Lic. José Luis Aguilera Cruz.aguileracruz@yahoo.com.mx

sábado, 22 de agosto de 2009

Tres Besos


Con besos saludamos a los familiares y amigos. Besos de encuentros y besos de despedidas. Besos y risas, besos y lágrimas. Besos apasionados y besos traicioneros. Besos de Pedro y besos de Judas.

Recuerdo un funeral. Estábamos enterrando a una abuelita y la nieta, entre sollozos, balbuceaba: ¿Quién me dará besitos ahora?

Al beso le sobran todos los adjetivos. Todos los besos son actos de trascendencia. Expresión de nuestra indigencia y de nuestra necesidad del OTRO.

Yo confieso que echo de menos los besos de bienvenida y despedida dominicales. Besos y risas en el día del Señor. Aquí, en Soria, hasta los buenos días andan escasos. Y es que somos pobres hasta en el saludo.

La liturgia, rica en símbolos, no ha omitido los besos.

Beso al Altar

El altar, ara sagrada, mesa santa, recibe el primer beso del celebrante. A la mesa del banquete con su mantel blanco, sus velas y sus flores le faltaría algo si no fuera saludada como cualquier otro huésped.

Besar el Altar, signo de amor y respeto, es besar a Cristo. Sobre la mesa del pan y del vino descansará la realidad velada y sacramental del Cuerpo y Sangre de Cristo.

Es el primer beso de la fiesta. Nos introduce en un ámbito de amor y de familia. Prólogo de una fiesta amorosa y fraternal.

Beso al Libro

Cada domingo, abrimos el Libro, la Biblia. Nos contamos la historia de nuestra fe. Dejamos que nos penetre el mensaje y sentir nuestros corazones regocijase por la palabra viva de ayer y de hoy.

Todos estamos en el Libro. Todos somos protagonistas de esa historia.

Al cerrarlo besamos el Libro. Besamos a Cristo, mensajero y mensaje.

Beso santo al Libro de la Vida y al Señor de la Vida.

Beso al Hermano

Cuanto más ricos y mejor situados estamos menos necesitamos a los otros y al Otro.

El Sr. Trump, magnate de la construcción y, el nuevo Astor americano, no da la mano para no contagiarse con los virus ajenos.

El amor en los tiempos del sida ha de hacerse con asepsia total.

En la fiesta de la Eucaristía hemos recuperado algo insólito y bíblico, el beso de la paz. "Saludaos los unos a los otros con el beso santo". (Romanos 16,16)

Pablo exhorta a los hermanos a algo más que una inclinación, un apretón de manos, un reconocimiento de la presencia de un prójimo. Nos exhorta a besar a un Cristo santo o pecador.

Sólo las persona normales dan besos santos. No tienes que poner ni ponerte "adjetivos raros" cuando cumplas este mandato del apóstol.

Tres besos a Cristo presente en el Altar, en el Libro y en el Hermano, Hermana.

El domingo es el día de los tres besos santos.

Los besos de las telenovelas y de las alcobas los dejo para otros más expertos.

Siempre recuerdo a una feligresa que, al entrar en el templo, besaba la puerta y el suelo de la iglesia. Sabía que entraba en el recinto de los besos santos.

A todos, simplemente, un beso.

sábado, 1 de agosto de 2009

Siempre a nuestro lado

Cuando los discípulos han perdido al Maestro, desorientados y huérfanos, embarcan en sus botes de pesca y se adentran en las tranquilas aguas del Mar de Tiberíades. De golpe, un viento furioso levanta grandes olas. Aquellos valerosos hombres temen perecer ahogados. En aquel momento de miedo y angustia aparece Jesús, caminando sobre las aguas. Ellos, turbados, parecen no reconocerle. Es Jesús quien tiene que advertirles: “Soy yo, no temáis”.

¿No nos ocurre algo similar a los hombres?. Todos tenemos momentos de serenidad, de éxito, de alegría, de optimismo, de triunfo. Las cosas marchan bien y somos conscientes de ello. En estos instantes rezar no nos cuesta nada, nos sentimos reconfortados, surgen nuevos amigos, nuestros jefes nos felicitan, el ambiente en casa es armonioso, somos capaces de dedicar nuestro tiempo a los demás. Pero, en ocasiones, la travesía serena da paso a la tempestad amarga de la vida. Las cosas se tuercen. Nada es como antes. Aquellos a los que necesitamos no están a nuestro lado. La relación en el seno familiar se deteriora. El trabajo se resiente. Ya no me dirijo a Dios y a la Virgen en la oración con la misma confianza. Mi vida se llena de tinieblas.

Pero Cristo siempre permanece ahí, a nuestro lado, aunque nos olvidemos de Él y sólo acudamos a su intercesión cuando las cosas no son favorables Ese “Soy yo, no temas”, debe resonar en nuestros corazones. Nada escapa a la mirada del Señor. Como en esta pieza del maestro Borrasa, en el que la hermosa cara de Cristo mira misericordiosamente a Pedro y le tiende sus delicadas manos para tomar la de su discípulo. Para no dejarlo solo. Esta obra, de técnica arcaica y colores típicos bizantinos, es una pieza característica del gótico internacional. El acortamiento de los barcos da una sensación de perspectiva. Ante esta imagen, acordémonos que Cristo siempre está presente en nuestras vidas, que sepamos contemplarle y amarle para afrontar con optimismo y valentía la travesía de nuestra vida.






ORACIÓN:
Te pedimos, Señor, que tu gracia continuamente nos preceda y acompañe, de manera que estemos dispuestos a obrar siempre el bien.