El Camino de Santiago parte de Burgos siguiendo el cauce del Arlanzón para, a la altura de Villalbilla de Burgos, cruzarlo por el puente de La Tabla. Un poco más adelante se llega a Tardajos, pueblo de origen romano que recibe a los peregrinos con un elegante crucero del siglo XVIII. En esta localidad existió un antiguo hospital de peregrinos.
Desde Tardajos la Ruta Jacobea llega a Rabé de las Calzadas, pueblo en donde comienza la difícil travesía por los solitarios páramos que caracterizan el paisaje de la comarca. Tras una ligera bajada aparece, junto al río Hormazuela, el alargado caserío de Hornillos del Camino, un claro ejemplo de pueblo-camino que contó con varios hospitales de los cuáles sólo se conserva el del Santo Espíritu.
Otro desértico páramo, en el que se pueden localizar los despoblados de La Nuez y de San Bol -típicos enclaves jacobeos que pertenecieron respectivamente a los hospitalarios de San Juan de Arce y a la orden de San Antón-, permite llegar hasta Hontanas. En las casas de este pueblo atravesado por el Camino predomina el entramado de madera y adobe. Se mantiene en pie el hospital medieval de San Juan.
A medio camino entre Hontanas y Castrojeriz aparecen las impresionantes y jacobeas ruinas del convento de San Antón. El Camino atraviesa un gran pórtico gótico en el que los monjes depositaban la comida para los peregrinos. Los Antonianos eran famosos por sanar el fuego de San Antón, una enfermedad medieval muy común en el norte de Europa.
A la sombra de su famoso castillo se extiende la alargada villa de Castrojeriz. Importante hito jacobeo -llegó a contar con siete hospitales- su primer, y más notable, monumento es la colegiata de Nuestra Señora del Manzano, construcción gótica iniciada el año 1214. En su interior conserva numerosos tesoros artísticos.