jueves, 30 de septiembre de 2010

¿Qué son las palabras sino sólo palabras?

En este cuadro impresionista, luminoso y de colores intensos, Rendir reflejó una vez más con maestría precisa una serena y tranquila escena cotidiana parisina. A orillas del Sena aparece el perfecto dibujo de las figuras de sus amigos, retratados a los postres de una comida. Conversan distendidos. El grupo, despreocupado y divertido, ejemplifica la alegría de vivir. En el centro se aprecia un armonioso bodegón de vasos, botellas, platos y frutas, género en el que Rendir era un verdadero maestro. Todo en el cuadro es vitalista, natural –como la luz que resalta sobre los ocres y los blancos de la tela- y positivo. Thomas de Kempis, en la Imitación de Cristo, dejó escrito: «¿Qué son las palabras sino sólo palabras? Vuelan por el aire pero no mueven una piedra. Sé una piedra». A los seres humanos nos resulta fácil hacer oídos sordos a la opinión de quienes rodean. Estamos condicionados por el qué dirán y muchas veces el juicio ajeno condiciona muchos de nuestros buenos actos. El hombre tiene miedo a la palabra del hombre. En nuestro mundo de relaciones, la buena armonía con los que nos rodean se convierte en algo prioritario y necesario. Pero el problema surge cuando el temor hacia los hombres es mayor que el temor a Dios. En ese momento, los seres humanos se convierten en esclavos de las opiniones y los actos ajenos. Todo lo que nos rodea nos afecta. ¿Qué es, entonces, relevante para un cristiano? Dar más valor a la voluntad de Dios que a la conducta de quienes nos rodean. Ser testimonios de vida cristiana, coherente y ejemplar, sabiendo que con nuestra forma de proceder seremos ejemplo para nuestro entorno. Quien no teme a Dios, tema hasta a su propia sombra.











ORACIÓN:

¡Oh, Espíritu Santo!, llena mi alma con la abundancia de tus dones y tus frutos. Lléname de tu amor divino; que sea el móvil de toda mi vida espiritual; que, lleno de tu unción, sepa enseñar y hacer entender a los demás, al menos con mi ejemplo, la belleza de tu doctrina, la bondad de tus preceptos y la dulzura de tu amor.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

El convidado de piedra y la leyenda de don Juan (Valladolid y León)

Por las calles de León, un caballero iba –muy de mañana- a la iglesia. Entró en la de San Francisco, no por oír la misa, sino por ver a las damas guapas, ricas y desenvueltas que solían ir a allí. Dicen que, como era bebedor y calavera, había estado de juerga toda la noche anterior y que –al entrar en el templo- se encaró con la primera estatua que vio. Era una que representaba a un noble guerrero de largas barbas, con su espada y armadura, delante de un magnífico sepulcro. El caballero le cogió de la mano y comenzó a hablarle como si se tratara de alguien de carne y hueso:
-¿Se acuerda usted, gran señor, cuando mandaba a grandes ejércitos y los conducía a la batalla? ¿Qué pasa que ahora no me responde, ha perdido toda su valentía?
Y le tiraba de la barba soltando grandes carcajadas.
-Yo le invito a que venga a cenar a mi casa esta noche para que hablemos como viejos compañeros de armas. Y para que, si tiene alguna diferencia que dirimir conmigo, lo hagamos con la espada en la mano, como caballeros que somos.
A eso de la media noche, llaman a la puerta de su palacio. Y sale un criado a abrir.
-Dile a tu amo que si se acuerda de la invitación que me hizo esta mañana en la iglesia de San Francisco para venir a cenar con él esta noche.
-Señor, señor, hay abajo una armadura que habla y pregunta por vos.
Yo no abriría, no se le ve cuerpo ni rostro…parece alguien del otro mundo.
-Dile que pase.
Le ponen una silla de oro y la estatua se sienta en silencio. Los criados disponen sobre la mesa comidas de varias clases, pero el convidado no como nada. Sirven el vino y levanta su copa, pero no bebe.
Por fin se levanta y le dice al caballero:
-No he venido a cenar sino a devolverle su invitación. Mañana tiene usted que venir a cenar a medianoche a mi casa.
Eran las doce en punto de la noche y cantaban los gallos cuando, al día siguiente, el caballero entró en la iglesia. Vio dos velas encendidas y, en medio de ellas, una sepultura abierta. La estatua esperaba allí, sosteniendo una calavera en una mano y la espada con la otra.
-Acérquese, el caballero, hoy comerá conmigo de mi cena y se quedará a dormir aquí.
-Dios no me da licencia para hacerlo.
Contestó el caballero y apretó con sus dedos temblorosos un relicario que colgaba sobre su pecho.
-Si no fuera porque, aunque tarde, invocas el nombre de Dios y, sobre todo, porque llevas aún ese relicario que te entregó tu madre contigo, en esta tumba habrías de entrar vivo y quedarte ya para siempre. Reza un «pater noster» y no vuelvas a burlarte de los muertos. Pues así querrás que ocurra cuando tus huesos vuelvan a la tierra.

Los cuentos y leyendas que tratan de este tema son muy abundantes y diversos, pues la narración del convite al difunto se encuentra en las tradiciones orales y escritas de muchos países europeos como Francia, Alemania, Italia o Islandia e incluso entre relatos siameses de fuera de este continente. Su posible relación con la estatua convidada de «El burlador» de Tirso de Molina ha sido estudiada por un gran número de investigadores que se afanaron en encontrar conexiones entre la leyenda y la obra teatral. Tanto el elemento de la aparición de un fantasma –que es una estatua, o sea, la representación de un muerto- como el dicho que el personaje de Don Juan repite en el texto dramático, apuntan a que Tirso pudo beber en fuentes legendarias que resultaban bien conocidas por su público. «¿Tan largo me lo fiáis?», que es lo que Don Juan dice al convidado, consistiría –así- en una frase proverbial derivada de narraciones populares al respecto y como tal la cataloga Maxime Chevalier en sus Cuentos folklóricos del Siglo de Oro (Chevalier 1983: 68).

En España hay vigencia de este asunto dentro de la tradición oral de distintas zonas tanto en forma de cuento como de romance. En cuentos como en romances la invitación para cenar no se suele realizar a una estatua, sino a una calavera y quién la hace es un galán, un soldado o un estudiante. Al osado bravucón se le aparece entonces un esqueleto entero que devuelve el convite. En la versión en prosa recogida por Aurelio M. Espinosa en Daimiel (Ciudad Real), el incrédulo se salva por las reliquias o cruz que le da un sacerdote y porque el muerto, finalmente, se apiada de él (Espinosa 1991: 123-125).

No sucede esto en la muestra del mismo cuento recopilada por Luis Cortés Vázquez en la localidad salmantina de Villarino de los Aires, ya que en ella el soldado que convida al muerto sobrevive al banquete de ceniza que el fantasma le tenía preparado, pero a efectos del susto, después «se metió en la cama y se morió» (Cortés Vázquez 1955: 57).

Entre las versiones romancísticas se da una doble clase de relato: en la primera, quien invita es un «galán» o un joven caballero y el invitado una calavera; en la segunda, el que invita al muerto aparece ya siempre como un caballero y el fantasma que devuelve la invitación como una estatua, por lo que se acerca mucho más a los elementos que encontramos en el drama de Tirso. Al igual que en éste, hay muestras del romance en que el caballero, a diferencia de lo que ocurre en el Don Juan de Zorrilla donde el protagonista no se salva, perece víctima de su osadía e incredulidad.

Para el texto mío he seguido más esta segunda tradición, que es en las que existe una localización del hecho, ya sea la iglesia de San Francisco de Madrid o de León, mientras que en las del otro tipo el lugar en que el convite se produce resulta impreciso. Y aunque he tomado detalles de ambas, me atengo –sobre todo- a una muestra que era cantada dentro de mi propia familia:

Por las calles de Madrid/ va un caballero a la iglesia,
va más por ver a su dama/ que por oír la promesa.
A la entradita del templo/ había un santo de piedra;
le ha agarrado de la mano/ y dice de esta manera:
-¿Te acuerdas, gran capitán/ cuando estabas en la guerra
jugando grandes batallas,/ jurando grandes banderas
y ahora te encuentras aquí/ en este santo de piedra?
Yo te convido esta noche/ a cenar en la mi mesa.
A eso de la medianoche/ ha llamadito a la puerta;
ha salido a responder/ un criadillo de mesa.
El criadillo asustado/ a su amo le da cuenta:
-Dile que pase, que pase/ que ya está la mesa puesta
de perdices y conejos/ y otras cositas más buenas.
Le acercaron una silla/ pa que se siente a la mesa:
hace que come y no come,/ hace que cena y no cena,
hace que bebe y no bebe/ y deja la copa llena.
-Yo te convido una noche/ a cenar a la mi mesa,
sabes que no tengo casa,/ que tié que ser en la iglesia.
Al toque de la oración/ va el caballero a la iglesia,
vio dos velas encendidas y una sepultura abierta.
Acérquese aquí, caballero,/ acérquese aquí, no tema,
tengo el permiso de Dios/ de hacer de usted lo que quiera.
Cogió la espada en su mano/ y dijo de esta manera:
-El mayor cacho ha de ser,/ ha de ser el de la oreja
pa que otra vez no te burles/ de los santos de la iglesia.
(Díaz Viana 1998: 144).

Vicente García de Diego, que ofrece una versión sin localizar de la leyenda en su Antología, hace notar que las distintas versiones discrepan también en la circunstancia de que el muerto coma o se abstenga de comer. En su opinión, «esta pequeña diferencia puede tener un sentido decisivo en el entronque de la leyenda, o al menos puede dar una idea sobre su tardía difusión», ya que los banquetes en los cementerios se celebraban –realmente- en Galia, Portugal y Asturias, siendo al parecer corrientes entre los cristianos primitivos, por lo que en ciertas regiones este aspecto se seguiría viendo como «normal», mientras que –según prosigue García de Diego- «en regiones donde los banquetes funerales no se usan se ha encontrado chocante la participación del muerto en el banquete y se ha modificado el romance importado, haciendo que el convidado no coma (García de Diego 1958: 71-72).

Es difícil discernir si el romance del caballero y la estatua obedece a una contaminación tardía por influencia de la obra de Tirso sobre el otro de «El galán y la calavera», al que –en todo caso- tanto se parece o, por el contrario, el dramaturgo trasladó directamente a los escenarios el desafío del caballero a la estatua y fundió esta leyenda con las que pudieran circular sobre la figura de Don Juan. El carácter donjuanesco del protagonista en los dos tipos de romance aproxima sospechosamente ya ambas tradiciones, la del burlador y la de la estatua convidada, propiciando lo que hubiera sido la invención y refundición en la pieza de Tirso de dos corrientes hasta entonces separadas.

Esto es lo que venía a pensar Ramón Menéndez Pidal, siguiendo las líneas de investigación que ya había abierto Victor Said Armesto(1908), en el estudio que efectuó «Sobre los Orígenes de ‘El Convidado de piedra’»: «A este germen tradicional, cualquiera que fuese, pertenecen sobre todo las escenas finales de ‘El convidado de piedra’; pero la leyenda hubo de ser notablemente ensanchada por Tirso con los episodios que forman el tipo del burlador de mujeres» (Menéndez Pidal 1968: 87-88).

Y, en la misma dirección, realice un trabajo primerizo en torno a este tema donde aportaba nuevas versiones recogidas de la tradición oral acerca del romance del convidado sobrenatural y también me atrevía a suponer –con la inocencia y atrevimiento del investigador neófito- que entre las reformas conventuales que se hicieron en la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid en 1617, pudo desaparecer el vestigio material de la estatua que dio pábulo a la leyenda (Díaz Viana 1980: 77-126)-

Pues el aspecto de que el suceso se ubique en una iglesia o convento concretos no ha de resultar, por cierto, irrelevante. Especialmente, cuando en El burlador también se menciona este detalle, como si fuera necesario justificar la circunstancia de que, transcurriendo la acción del drama en Sevilla, el sepulcro relacionado con la tradición castellana estuviera en otra parte. Que por algo habría señalado Tirso, al final de su obra teatral, lo siguiente:

Y el sepulcro se traslade
en San Francisco en Madrid
para memoria más grande.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Contra el estrés

Es posible que algunas facetas
de tu vida hayan sido descuidadas
durante períodos prolongados
de estrés. Lucha por restablecer
tu equilibrio. Saca tiempo para
rezar, hacer ejercicio, pensar, leer,
realizar alguna actividad física,
estar solo, estar con otros










jueves, 23 de septiembre de 2010

Castilla peregrina a Santiago

Peregrinos nobles y peregrinos del pueblo







Peregrinos nobles con los atributos característicos de su dignidad -un rey, una reina y un obispo- y peregrinos del pueblo con indumentaria, ropajes, barba, calzado y abalorios de la época. De acuerdo con uno de los principios del estilo románico, todas la figuras humanas se presentan en isocefalia: las cabezas a la misma altura. Todo ello junto al sinfín de "herencias" artísticas procedentes de las antiguas parroquias de la villa: oranmentos, objetos de culto, orfebrería, reliquias, imágenes de diferentes épocas, sagrarios...








Pila bautismal románica (Iglesia de San Miguel)








Pila bautismal románica procedente de la histórica iglesia de San Miguel -donde celebraron sínodos Lope Barrientos, Arias Dávila y otros prelados, vivieron reyes, obispos y cardenales, y donde tuvo lugar la histórica Reconciliación del rey Juan II y el Condestable don Álvaro de Luna-.








Cristo Crucificado (Iglesia de San Pedro del Burgo hoy baptisterio Iglesia de Santiago)








Imagen de Cristo crucificado que en su día presidió la iglesia de San Pedro del Burgo y que, al desaparecer aquella parroquia, fue colocada en el baptisterio de la iglesia de Santiago.

Por su antigüedad y mérito artístico fue una de las imágenes de esta parroquia que se trasladó a la catedral de Segovia para formar parte de la exposición "El árbol de la vida" de Las Edades del Hombre castellano leonesas.








Pinturas murales con figuras de ángeles con instrumentos de viento








En los relieves se aprecian al menos dos policromías diferentes, al igual que en las pinturas murales con figuras de ángeles con instrumentos de viento.








Arcos de medio punto con decoraciones geométricas y florales ricamente policromadas








En cada uno de los arcos de medio punto que rematan las tres ventanas abocinadas aparecen excelentes decoraciones geométricas y florales ricamente policromadas.

Históricamente, la parroquia de Santiago se convirtió, siglo a siglo, en el crepúsculo religioso y artístico de los ocasos de las demás parroquias de Turégano.








Detalle del rostro del Apóstol









Detalle del rostro del Apóstol. En sus labios se aprecian dos policromías diferentes y, en sus ojos y semblante, la majestad lapidaria que supo transmitir sus excepcional autor.

En el conjunto escultórico aparecen grupos bellísimos de piedra policromada: el demonio sacando una culebra de la boca de una mujer; Adán y Eva desnudos y cubriéndose con las manos; aves afrontadas o en soledad; animales mitológicos; capiteles de extraordinaria factura y, como culminación del retablo pétreo, el apóstol titular del templo, una escultura de extraordinaria belleza, rebosante de humanidad, de dos metros de altura, con el evangelio en una mano y en la otra un bastón en "tao" en vez del clásico bordón.







Pantocrátor









El Pantocrátor en su almendra mística y, alrededor, el Tetramorfos con su representación iconográfica cristiana del águila, el león, el toro y el ángel u hombre alado. En la parte superior, dos cabezas de ángel simbolizando el sol y la luna, alegoría de la ciudad de Jerusalén donde crucificaron a Cristo y decapitaron a Santiago.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

El Tesoro Escondido

Panorámica interior del conjunto artístico tantos siglos oculto




Uno de los relieves románicos de Turégano representa a Santiago el Mayor, mientras que el otro muestra un pantocrátor sobre unas figuras de peregrinos. Además, aparecen otras que podrían corresponder a un rey, a una reina y a un obispo. Los estudios realizados indican que estas figuras podrían estar relacionadas con la consagración de la catedral de Santiago de Compostela, en 1211.

También han aparecido restos de pinturas sobre los sillares, entre las que destacan unas de tipo geométrico y la figura de un ángel, así como una decoración imitando el llagueado de la sillería con trazos rojos y brotes vegetales en la bóveda.

martes, 21 de septiembre de 2010

Corazón Peregrino de Castilla

Con la ampliación del templo y la llegada del Renacimiento con cambios de tendencias artísticas, sucesivos retablos de madera ocultaron aquel tesoro ahora alojado en una original girola creada detrás del hermosísimo retablo que se ha restaurado y adelantando varios metros. Fue construido en el siglo XVIII por Francisco Rodríguez y por el dorador Lorenzo Villa quienes colocaron en lo alto una magnífica talla de Santiago que procedía de un retablo anterior obra del ensamblador Juan de Aldaba y del célebre pintor segoviano Alonso de Herrera -ninguno de estos dos artistas pudieron ver su obra terminada pues fallecieron, sucesivamente, antes de ejecutar los últimos remates-.

Desde que en 1123 el primer obispo de Segovia pidió a doña Urraca, la Reina de Castilla, la donación de esta villa, Turégano se convirtió en cámara oficial de los prelados segovianos. Mientras los reyes de León y de Castilla se afanaban en recomponer la unión de ambos reinos, los obispos consiguieron reabrir las peregrinaciones castellanas a Santiago de Compostela. En este contexto, la iglesia de Santiago quedó unida al acervo eclesiástico de las numerosas parroquias de la villa. Tal vez fuera consagrada, al iniciarse el siglo XIII, por el arzobispo de Toledo don Rodrigo Jiménez de Rada, uno de los hombres más sabios de la Antigüedad.

lunes, 20 de septiembre de 2010

El caballero de Olmedo (Valladolid)

Se cuenta todavía en tierras de Olmedo, y hasta se escucha algún cantar, que un caballero de esta villa, llamado Juan de Vivero, de muy noble ascendencia y linaje, galanteaba a una dama medinense de nombre Doña Ana. Ésta había sido prometida a un caballero de Medina, Miguel Ruiz, pero no obstante Don Juan insistía en cortejarla. La víspera de San Pedro tuvieron lugar en Medina justas y torneos y una fiesta de toros en la plaza a los cuales acudieron los caballeros más importantes de la comarca. Don Juan partió hacia las fiestas acompañado sólo de un criado suyo, a pesar de que sus padres ya de longeva edad le habían aconsejado que no fuera, pues conocían el arrojo de su hijo frente a los toros y algo temían también respecto a la no menor audacia de sus andanzas amorosas.

Doña Ana, cuando Don Juan salió a la plaza, le lanzó una rosa roja que el galán prendió en el rico broche de su capa. El caballero fue ganador de todos los juegos y mató varios toros también, queriendo así honrar a su amada. Pero Don Miguel y los suyos recelaban desde las talanqueras y miraban con odio al caballero triunfante.

Esa misma noche, el joven –animado probablemente por el guiño de amor que la dama le había hecho- se animó a ir a rondar a doña Ana junto a los muros mismos de su casa. Antes de partir con su criado, le pidió a éste que le acercara un espejo para ver si el aspecto de su persona guardaba el debido decoro y se enfadó al descubrir que el azogue le devolvía una imagen troceada, pues estaba roto. No parecía un buen augurio, pero ni así cambió de opinión y prosiguió en su empeño de encontrarse con Doña Ana. Paseó su calle por algún tiempo y, después, cantó lánguido e imprudente ante la verja del jardín los viejos versos:

-Si por vos pierdo la vida…
¡Oh, qué bien señora muero!

Y su señora, a la que habían apodado en Medina «la Dama del Alba» sus muchos admiradores porque cuando hacía acto de presencia parecía encenderse en torno a ella todo el resplandor de amanecer, se asomó por la pequeña almena del recinto ajardinado iluminando la noche. Le lanzó un beso con la punta de sus dedos y volvió hacia dentro del jardín acompañada por su aya. Cierto es que cuando caballero y criado se retiraban les pareció ver sombras que les seguían y oír relinchos de caballos. Cierto es que el criado, cauteloso ante el mal augurio, instó a su señor a quedarse esa noche en Medina por temor a que pudieran atacarles en el descampado. Cierto también que cuando preparaban sus rocines para el viaje, al pie de la muralla, escucharon cantar desde arriba de una torre:

Sombras le avisaron
que no saliese
y le aconsejaron
que no fuese,
al caballero.

Pero Don Juan quería volver cuanto antes a la villa de Olmedo, pues se lo había prometido a sus padres y tenía temor de alarmarles, si se tardaba. La noche estaba cerrada y había abundante niebla. La niebla de estas tierras que se agarra a los ríos con dedos de gasa y no deja ver más allá de dos pasos adelante. Al cabo de un corto trecho, Don Juan no veía ya a su criado, pero sí oía cómo éste lo llamaba con angustiosa voz. También le pareció al caballero que se escuchaban más cascos que los de dos caballos, pero sólo sonaban a ratos y de forma tenue. Podía ser, por lo tanto, un invento de su imaginación.

Se hallaba algo desorientado cuando resonaron más cerca los pasos de una cabalgadura y vio a un jinete, enfrente de él, que surgía entre las vaporosas sombras del camino. Preguntóle el caballero que quién era y de dónde venía. Le dijo que era Don Juan de Vivero a quien unos malos caballeros acababan de atacar a traición en una cuesta cercana. Y señaló el promontorio que separaba al caballero de su casa. La misteriosa aparición siguió su recorrido en dirección contraria y el de Olmedo se quedó pensando por un momento qué debía hacer. No sabía que estaba ya tan cerca de su hogar; pensó de nuevo en la zozobra que sentirían sus padres, quienes, por seguro, lo estaban esperando… Y decidió continuar.

Ya no se oía al criado, aunque Don Juan lo esperaba por unos instantes. Finalmente azuzó con las espuelas a su montura y cabalgó hacia la cuesta hoy llamada del caballero. Una vaharada de niebla lo envolvió. Sin embargo, prosiguió hacia delante en línea recta. Entonces, escuchó una voz de mujer que le recordó a la de Doña Ana, su querida Dama del Alba, cantando tristemente:

Que de noche le mataron al caballero,
la gala de Medina, la flor de Olmedo.

No se ponen de acuerdo las versiones de esta historia, más de cien veces contada, respecto al nombre del caballero, ni a sus amoríos ni a la manera o causa de su muerte. Pero sí se sabe y sigue cantando que murió por amores, así como que fueron caballeros de Medina los que lo mataron. También que el caballero debió de librar fieras batallas, pues –según narraciones- se encontró sangre en el suelo que no era sólo suya; y que, a la madrugada, su criado lo halló aún agonizante, no muy lejos del palacio de sus padres, en la Linogilla o Senovilla, casi a la entrada de Olmedo. Montaba todavía Don Juan, a duras penas, su caballo por el que la sangre corría hasta las pezuñas y agitaba casi sin fuerza su espada al aire no se sabe si luchando con la muerte o el amor. Es este carácter de misterio y fatalidad amorosa que la historia contiene el que he intentado reflejar en mi texto, pues parecería –consultando las versiones que me han parecido más sugestivas-que amor, muerte y destino están en ella inextricablemente unidos. El hado aletea sobre toda la narración, luego adornada pero también oscurecida por las diversas tramas teatrales que los diversos autores que se ocuparon del tema añadirían a la leyenda. Ésta cuenta, sobre todo, la soledad de un hombre joven enfrentado a su triste y prematuro fin.

Las sombras que anuncian su muerte y el encuentro del personaje con un jinete que es su doble fantasmal terminan de trazar, en versiones como la ofrecida por García de Diego, esa atmósfera de tragedia y misterio que conviene a la leyenda. Un relato, éste del caballero que se topa con su propio fantasma o sepelio, que remite a un tipo de narraciones también atribuidas a otros personajes legendarios o a figuras históricas, como la de Miguel de Mañara, que podrían haber servido de modelo al Don Juan literario, si bien esto es –para algunos autores- muy dudoso; sin embargo, el protagonista de la versión ofrecida por García de Diego ni siquiera se llama Don Juan, sino Don Alonso de Olmedo, que es el nombre que el protagonista de la leyenda recibe en la famosísima obra de Lope de Vega que tiene como argumento el mismo asunto (García de Diego 1958: 326-327)

Otra narración que se adhiere a la leyenda en alguna de sus versiones locales es la de que el hidalgo olmedano, enamorado locamente como estaba de una dama medinense y no valiéndole para lograr sus favores las galanterías ni los alardes de valentía frente a los toros, decide demostrarla su amor con una promesa tan ardua de conseguir como la de llevar las aguas del río Adaja hasta Medina. De obtenerlo, dentro de un plazo convenido por ambos, la dama se casaría con él. Pero, a pesar de que la corriente del Adaja llegó hasta el río Zapardiel en un lugar muy próximo al castillo de La Mota, la mujer incumplió el compromiso (García Murillo 1986: 280-281). Esta misma invención se cuenta también en muy parecida forma de un moro enamorado de una cristiana que, para cumplir las condiciones que el padre de ella ponía al casamiento, habría construido en breve tiempo un acueducto que, en territorio jurdano, llevara las aguas del chorro de la Macera a Granadilla (Barrantes 1893: 55-56). Con todo, tal episodio añadido a la leyenda del caballero, sí coloca el acento en un aspecto que parece acompañar a esta historia desde sus inicios: la rivalidad entre Medina y Olmedo como villas importantes de la misma zona. Bastaría, como puede verse, la variedad de tradiciones referentes al caballero en la comarca de pinares vallisoletana para hacer valer su vigencia. Pero es que, además, el terma era ya muy popular en época no muy lejana a la existencia histórica del mismo. Antonio de Cabezón incluye entre sus obras musicales, que serían publicadas en Madrid en 1578, las «Diferencias sobre el canto llano del caballero». Y Correas o Covarrubias dan por muy conocido este asunto a principios del siglo XVII. De otro lado, una obra teatral cuya autoría no ha sido aclarada precederá –por aquellas fechas- a la de Lope en el traslado de la leyenda a las tablas de los corrales de comedias: «El caballero de Olmedo o la viuda por casar». Es un «Romance del Caballero», debido a la pluma de Don Fernando de Borja, Príncipe de Esquilache y virrey del Perú, e impreso en Madrid dentro de sus Obras en verso, el que mejor y más a las claras demuestra –hacia su final- la enorme popularidad de que debió de gozar la historia:

Ni voces ni luces sirven
a su vida de remedio,
que entre ofensas y venganzas
él y otros dos la perdieron.
Desde entonces le cantaron
las zagalas al pandero,
los mancebos por las calles,
las damas al instrumento:
«Esta noche le mataron
al caballero,
la gala de Medina,
la flor de Olmedo».
(Menéndez Pelayo, Antología de
poetas líricos castellanos, Vol. V, 1949).

Aquí el protagonista sí se llama Juan, como el personaje histórico que parece haber dado alas a la leyenda, de nombre Don Juan de Vivero y Silva, del linaje de los Vivero, cuya mansión palaciega se encontraba próxima al desaparecido arco de San Martín en Olmedo y del que, basándose en distintos documentos, dan noticia Alonso López de Haro (1622, Parte 1ª: 525) y el Padre Fita (1905, Tomo 46: 398-422). De su vida no se sabe mucho, si no que era caballero de la Orden de santiago, leal a Carlos I en la toma de Tordesillas y la batalla contra los Comuneros en Villalar. De su muerte, se conoce algo más: habría muerto en la noche de Todos los Santos de 1521 o cerca de ella, aunque tampoco en eso coinciden unos y otros cronistas; y que quien lo mató cuando venía de Medina fue Miguel Ruiz de la Fuente, vecino también de Olmedo, a causa de una discusión cinegética –que no amorosa- o de diferencias anteriores que había entre ambos. Don Juan estaba casado con doña Beatriz de Guzmán, que seguirá pleito contra la familia del criminal, pues éste habría conseguido huir a las Indias después de haberse formado gran alboroto en su persecución al refugiarse en el convento de Jerónimos de la Mejorada. En la «Historia escrita de la Mejorada», precisamente, Fray Antonio de Aspa se dirige a Felipe IV explicándole que la muerte de Juan de Vivero, lejos de ser premeditada como comúnmente se contaba, debió de deberse a que los «caballeros se toparon acaso». Y añade algo que vale para todas las versiones de la leyenda urdida posteriormente y para muchos otros relatos legendarios: «Lo he referido porque quizá Vuestra Majestad no lo ha visto escrito, por haber sucedido en este tiempo y sabiéndolo de cierto borre de la memoria lo que habrá oído por otras personas que ignorando el suceso han ignorado lo que han dicho» (García Murillo 1986: 95-98).
Claro que, quedando reducido el suceso a una mera riña vecinal, la narración pierde gran parte de su interés y fuerza. Pues era el amor y no la disputa el hilo que conducía al mito, el hilo que cortado finalmente por la Parca confería a Don Juan de Vivero ese halo de héroe muerto por seguir su pasión. Si Don Juan -según los datos históricos- sólo fue un marido convencional y el amor no constituyó la causa de su fallecimiento, no hay y narración, ni drama, ni leyenda del caballero.







domingo, 19 de septiembre de 2010

La codicia es un saco sin fondo

Las lecturas de este domingo XXV del tiempo ordinario nos ponen delante el tema del dinero y las riquezas. ¿Es malo tener cosas, tener dinero?, ¿Los ricos son malos? ¿No dice la segunda lectura que Dios quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad?, ¿Por qué condenar entonces las riquezas y a los ricos?

El mensaje del evangelio es difícil de entender y de vivir en una sociedad como la nuestra en la que manda la economía, por encima de las ideas políticas parece que siempre hay motivos económicos. "Respiramos este ambiente" y llevamos en la médula que lo más importante es el dinero.

¿Por qué el evangelio condena la riqueza y a los ricos: "Ay de vosotros los ricos porque ya tenéis vuestro consuelo"? (dice Lucas en sus malaventuranzas).

Está claro que se condena la riqueza injusta que se tapa con gestos religiosos, como dice la primera lectura: "¿Cuándo pasará la luna nueva para vender el trigo, y el sábado para ofrecer el grano? Disminuís la medida, aumentáis el precio, usáis balanzas con trampa, compráis por dinero al pobre, al mísero por un par de sandalias, vendiendo hasta el salvado del trigo".

Pero, ¿y la riqueza heredada o ganada con el propio esfuerzo? ¿Por qué no se puede servir a Dios y al dinero?

Todos tenemos cierta inseguridad que procuramos tapar teniendo cosas. Los bienes de algún modo cubren esa inseguridad. Fijaos en una persona mayor que piensa que no va a tener para vivir, como aumenta esa inseguridad. Pues bien, la riqueza, el dinero, desencadena un mecanismo en la fantasía pensando que en los bienes vamos a encontrar esa seguridad, pensamos que cuanto más tengamos más seguros vamos a vivir; pero resulta que la codicia es un saco sin fondo que nunca se llena. Siguiendo este mecanismo fantasioso de pensar que vamos a encontrar esa seguridad en las riquezas, conduce a la autosuficiencia, a no necesitar de Dios ni de los demás. Por esto es por lo que se condena la riqueza y a los ricos en el evangelio, porque creen que con su riqueza ya no necesitan a Dios.

Frente a los ricos, Dios ensalza a los pobres. Repetimos en el salmo responsorial: "Alabad al Señor, que ensalza al pobre", porque el pobre vive necesitado de los demás y de Dios. Puede encontrar la seguridad que busca en Dios y no en las riquezas.

Frente a servir al dinero, Jesús pone el servir a Dios; es decir, en vivir, no desde los valores de un mundo capitalista que crea paro, pobreza y marginación, sino desde los valores de Dios, del evangelio: desde la solidaridad, la fraternidad, la justicia,...

Mención especial hay que hacer de la parábola del administrador infiel (que en el evangelio de este domingo se puede leer o no, según cada comunidad). El administrador infiel del evangelio es denunciado por derrochador; es decir gastaba de más y sin necesidad. Era mal administrador, pero sin hacer desfalcos, robos, apropiaciones indebidas... Viendo su despido, decide rebajar la deuda de los deudores de su amo, para luego ser recibido por ellos, y su amo felicita su astucia. La astucia no es robar a su amo, sino que el administrador cobraba con un tanto por ciento, que le correspondía como salario; por tanto lo que rebaja de la deuda es lo que le corresponde a él mismo. Esta parábola no alaba ninguna inmoralidad, ni ningún mal proceder con buena intención. No está permitido hacer un mal para conseguir un bien.

¿Dónde buscamos la felicidad en Dios o en el dinero? ¿Dónde la encontramos en Dios o en el dinero? Quizá tenemos experiencia de buscar la felicidad en muchas cosas, pero, probablemente, sólo tengamos la seguridad de encontrarla en Dios.

¡Que el Señor nos haga pobres necesitados de Dios y de los demás y nos haga vivir desde sus valores!


















Reflexión sobre el dilema de servir a Dios o al dinero, por Juan Segura, para elcantarodesicar.com, el domingo 19 de septiembre de 2010. Fotografias con espacios de Madrid.



















25º DOMINGO ORDINARIO. Pbro. Lic. José Luis Aguilera Cruz aguileracruz@yahoo.com.mx

"No se puede servir a dos amos"

PARÁBOLA MUY REFLEXIONADA.

Toda parábola es una comparación, es un ejemplo de la vida real, que es muy posible que pueda suceder, tiene la característica que el oyente no puede quedar sólo como eso, sino que la misma narración lo va involucrando a uno y al final toma partido, hoy la palabra del Señor nos presenta una parábola muy reflexionada hay dos reflexiones por parte de Jesús, es la famosa parábola del mal administrador, o administrador astuto: Lc 16,1-13; es una parábola para no ser imitada en la narración que existe en el primer plano, pero hay un mensaje interesante a que se invita en el fondo de esta comparación. Hemos de decir que este pasaje viene inmediatamente después de las parábola el Hijo Pródigo, y de la oveja y el dracma perdidos. En el contexto de que Jesús come con los pecadores Lc 15, 1-2.

EL MAL ADMINISTRADOR.

La semana pasada veíamos como Jesús come con los pecadores porque vino a buscarlos y esto le trae a Dios mucha alegría. La parábola del administrador que su amo le pidió cuentas y empezó a hacer trampa con los deudores de su amo, haciendo como que debían menos y quedando estos "en deuda" con el administrador, parecería que sigue la misma línea o quizá da otra explicación de porqué Jesús busca a los pecadores, que de ellos por malos que sean se puede sacar algo positivo como "ser más abusados". Sin embargo esta parábola no está en el contexto anterior aunque los personajes son los mismos, ahora el problema es que los fariseos eran personas apegadas al dinero explicación que encontramos en el v. 14 del mismo cap. 16 de san Lucas. Por lo tanto el mensaje es otro y lo hemos de buscar.

PRIMERA REFLEXIÓN.

Dice Jesús para terminar la parábola que "El amo tuvo que reconocer que su mal administrador había procedido con habilidad. Pues los que pertenecen a este mundo son más hábiles en sus negocios que los que pertenecen a la luz" Jesús como resumen y mensaje de la parábola propone la habilidad como una cualidad a ser imitada, aunque no la mala habilidad, los hijos de la luz deberían ser tan o más hábiles que los que pertenecen a este mundo o los que serían hijos de las tinieblas. Si Jesús es la luz sus seguidores serán los hijos de la luz, mientras los que pertenecen a este mundo serán los hijos de las tinieblas. Y pide habilidad a sus seguidores, el Señor nos hablará al tanteo o ¿será que ya nos conoce? Porque nos conoce nos dice que seamos más hábiles, más abusados para resolver problemas, para pensar en el futuro.

SEGUNDA REFLEXIÓN.

Jesús invita a tomar ejemplos aún de los que puede ser malo: "Con el dinero tan llenos de injusticias, gánense amigos que, cuando ustedes mueran, los reciban en el cielo" el mensaje es claro, de algo que puede ser negativo se puede aprovechar para lo positivo, como también "El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes" v. 10, por lo tanto nada es tan malo que no pueda ser aprovechado para lo bueno ni nada es tan pequeño que no tenga importancia. El final del pasaje enfatiza que el dinero no es el fin el fin es Dios, el dinero es solamente un medio, por lo tanto no se puede poner a nivel de Señor, porque no podríamos servir a dos señores, a Dios y al dinero. Éste es un medio para llegar a Dios que es el fin al que todos debemos llegar.


ZARAGOZA | Fue diputado durante dos legislaturas

Fallece José Antonio Labordeta, cantautor, político y escritor







José Antonio Labordeta, cantautor, político y escritor

El comprometido cantautor, con su inseparable guitarra. | José Aymà






• En 2006, cuando aún era diputado, se le diagnosticó un cáncer de próstata
• En septiembre recibió la Gran Cruz de la Orden Civil Alfonso X El Sabio
• Presentó en mayo el último libro que escribió: 'Regular, gracias a Dios'

Efe | Zaragoza

Actualizado domingo 19/09/2010 11:31 horas

El cantautor, político y escritor José Antonio Labordeta ha muerto en Zaragoza a la edad de 75 años tras una larga enfermedad, según ha informado la Chunta Aragonesista (CHA), partido por el que fue diputado en el Congreso durante dos legislaturas.

Labordeta ha fallecido en torno a la 1:00 hora de esta madrugada en el Hospital Miguel Servet de la capital aragonesa al que fue trasladado esta semana al agravarse su estado de salud, que lo tenía postrado en su casa desde hace varios meses.

"Con profunda tristeza te comunico que José Antonio Labordeta ha fallecido hace unos minutos", ha informado la Chunta mediante un mensaje telefónico de la muerte del conocido cantautor, al que se le diagnosticó en 2006 un cáncer de próstata, cuando aún era diputado.

Desde octubre del año pasado su salud había empeorado y había tenido que ser hospitalizado en alguna ocasión, siempre arropado por su mujer y sus tres hijas.

Durante el tiempo que ha estado postrado en su casa, ha recibido la visita de sus muchos amigos, con los que comentaba la actualidad del país, asuntos de literatura, música o de fútbol, ya que era un fiel seguidor del Real Zaragoza, y hasta ha obtenido condecoraciones oficiales.

Últimos actos

El último acto público que protagonizó se produjo el pasado día 6 de septiembre, cuando recibió en su casa a los ministros de Defensa, Carme Chacón, y Educación, Ángel Gabilondo, quienes le entregaron la Gran Cruz de la Orden Civil Alfonso X El Sabio.

Este reconocimiento se lo concedió el Gobierno de España, que también le otorgó la medalla al Trabajo, por su sabiduría, su pasión, sus convicciones y su defensa de la libertad y del pueblo.

La ministra Chacón destacó entonces que este tipo de reconocimientos dan prestigio a quien los recibe, pero hay veces que, por el contrario, el premiado "da prestigio a las distinciones", como es el caso de José Antonio Labordeta.

Una persona, dijo Chacón, que durante toda su trayectoria vital ha puesto voz a la bondad, a la justicia y a la libertad, primero cantando, después "con la mochila a cuestas" y, luego, en la tribuna del Congreso "con momentos memorables de poesía o con una voz más popular".

Labordeta presentó en mayo pasado el último libro que escribió, con el título 'Regular, gracias a Dios', una obra marcada por el cáncer de próstata que le detectaron en 2006, en el que expresa su gratitud a su familia, a los amigos y los sanitarios que le han atendido en esta etapa.

'Un mazazo en la cabeza'

Es un libro escrito "a tajos", dijo en un encuentro con los medios de comunicación, tras volver a su casa después de un tratamiento médico en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza, a cuyo personal se lo dedicó, por la dureza que le supuso escribir entre cada estancia clínica.

Su convivencia con el cáncer, "un mazazo que le dan a uno en la cabeza", dijo en una entrevista, está insertada en cada capítulo de este libro, porque Labordeta cree que la gente debería hablar de sus problemas, algunos "dramas muy gordos" al lado de los cuales el suyo "no es nada".

Pero Labordeta, que era catedrático de Filosofía, estaba contento con su vida. "Tengo una mujer que funciona de maravilla, tres hijas, dos nietas, una morena y otra rubia, un yerno que canta muy bien y no cambiaría nada. Tengo muchos amigos, estoy muy contento con lo que me ha tocado", manifestó.

Aún pretendía escribir un nuevo libro de tema policiaco, pero se lo impidió el agravamiento de su salud en los últimos meses, en los que expresó su gratitud por las muchas muestras de cariño y reconocimientos de todo tipo que ha recibido, incluido un homenaje de sus amigos del mundo de la música en el Teatro Principal de Zaragoza, en el que participaron Miguel Ríos, Víctor Manuel, Ana Belén, Rosana o Carmen París.

Entre otros, el ser pregonero de las Fiestas del Pilar del pasado año, cuando miles de personas congregadas en la plaza cantaron con él su 'Canto a la libertad', su composición más reconocida, un himno de la Transición democrática que interpretó con su guitarra en toda España.


















Famosa canción del cantautor aragonés.

Digamos que es extraoficialmente el Himno de Aragón, aunque las autoridades se empeñen en lo contrario.

En pleno siglo XXI sigue en actualidad, porque .... ¿Realmente existe libertad completa?. Sólo se puede hablar u opinar de cosas vanales, Fútbol,Toros y de lo que sube el pan, ¿Os suena de algo esto?.

En cuanto hablas en tu trabajo o en ciertos circulos, vienen las represalias, y lo sé por propia experiencia.

Como dijo aquel famoso político sevillano, que tenía un hermano con un despacho para el cafecito:
"El que se mueve, no sale en la foto"

Esa es la democracia y libertad que seguimos teniendo hoy en día.

Todavía queda bastante camino que recorrer para alcanzar la tan deseada Libertad.

Letra:

Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga LIBERTAD

Hermano, aquí mi mano
será tuya en mi frente
y tu gesto de siempre
caerá sin levantar
huracanes de miedo
ante la LIBERTAD

Haremos el camino
en un mismo trazado
uniendo nuestros hombros
para así levantar
a aquellos que cayeron
gritando LIBERTAD

Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga LIBERTAD

Sonarán las campanas
desde los campanarios
y los campos desiertos
volverán a granar
unas espigas altas
dispuestas para el pan

Para un pan que en los siglos
nunca fue repartido
entre todos aquellos
que hicieron lo posible
por empujar la historia
hacia la LIBERTAD.

Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga LIBERTAD

También será posible
que esa hermosa mañana
ni tú, ni yo, ni el otro
la lleguemos a ver,
pero habrá que empujarla
para que pueda ser.
Que sea como un viento
que arranque los matojos
surgiendo la verdad
y limpie los caminos
de siglos de destrozos
contra la LIBERTAD.

Habrá un día en que todos
al levantar la vista
veremos una tierra
que ponga LIBERTAD.


















Fallece José Antonio Labordeta debido a una larga enfermedad.



















Versión casera de "Caminaremos", de Labordeta, ilustrada con el cuadro "Il Cuarto Stato" de Giuseppe Pellizza da Volpedo.

El Cuarto Estado (en italiano Il Quarto Stato) es una obra de Giuseppe Pellizza da Volpedo realizada en el año 1901. Éste era un pintor italiano, nacido en 1868 y fallecido en 1907, que se formó en la academia de Brera y posteriormente en Roma y Florencia.

En sus obras refleja la sociedad de su época de una forma realista y fiel. También concede gran importancia al sol (El sol naciente, 1904) y a la pintura al aire libre (Esperanzas perdidas, 1894) como un estudio de la acción de la luz natural.

En El Cuarto Estado, da Volpedo siguió las teorías de G.Balla sobre el divisionismo. La obra, cuyo nombre ya es significativo (con el cuarto estado se refiere al proletariado, aquel grupo que no tiene cabida en los otros estamentos), representa el creciente éxodo rural que llevó a muchos campesinos a las grandes ciudades en busca de un trabajo y para huir de las condiciones precarias de la actividad agraria.

En estos momentos la revolución industrial está en pleno apogeo y supone una tentativa de empleo necesaria para muchos campesinos que hacían frente a las crisis de subsistencia.

Aunque la pintura sitúa la acción en la Italia recién unificada, este movimiento del campo hacia las periferias industriales de las ciudades se da en la mayoría de los países desarrollados europeos.


















Labordeta canta una de las canciones más representativas de nuestra tierra, ARAGON.

Letra:

Polvo, niebla, viento y sol
Donde hay agua una huerta
Al norte los Pirineos
La tierra es Aragón

Al norte los Pirineos,
al sur la sierra callada
Pasa el Ebro por el centro
Con su soledad a la espalda

Dicen que hay tierras al este
Donde se trabaja y pagan
Y al oeste el Moncayo
Como un Dios que ya no ampara

Desde tiempos a esta parte
Vamos camino de nada
Vamos a ver como el Ebro
Con su soledad se marcha

Con él, van en compaña
Las gentes de estas vaguadas
Los valles de esta sierra
Las huertas arruinadas

Polvo, niebla, viento y sol
Y donde hay agua una huerta
Al norte los Pirineos
La tierra es Aragón





















J.A. Labordeta realiza la apertura de las fiestas del Pilar de Zaragoza de 2009 con el típico pregón de como se realizaba en los pueblos, a toque de corneta. 10 Octubre 2009






































19.09.2010 - 20.56 h Miles de personas desfilan de forma ininterrumpidamente ante el féretro del polifacético José Antonio Labordeta fallecido esta pasada madrugada a los 75 años tras una larga batalla contra el cáncer. La capilla ardiente ha quedado instalada en la sede de las Cortes de Aragón. Personalidades políticas y del mundo de la cultura han reconocido de forma unánime su integridad y su coherencia. (ATLAS)

sábado, 18 de septiembre de 2010

Consonancias

Algunos pintores impresionistas, entre ellos Monet, recurrieron en sus cuadros a las sombrillas y paraguas con el fin de filtrar la luz y dar mayor definición al espacio. En esta obra de gran formato la figura de una mujer contemplada desde abajo, en plena campiña, centra toda la atención del artista. Su presencia se confunde con la agitación de un entorno marcado por el fuerte viento y la luz tamizada. Monet logra infundir una gran sensación de libertad proyectando sobre el vestido de la dama una sombra malva. La vida humana tiene muchas consonancias con el sentido de esta obra. El hombre gravita en torno a un mundo marcado por la luz tenue y la fuerte ventisca que le arrastra hasta la imperfección cuando no sabe hacer uso de su libertad. Hoy hemos perdido el sentido del pecado. En las calles de nuestras ciudades, en los medios de comunicación, en el seno de muchas familias, se está propagando con engañosa naturalidad un irracional e imprudente deseo de trasgresión, una estridente apología del mal, una falsa idea de libertad que confunde el egoísmo, la mentira y el vicio –males que nos apartan de la vida y secan la fuente de nuestra libertad y dignidad- como conquistas de la sociedad. ¡Haznos abrir los ojos, Señor! ¡Qué una ráfaga de cordura limpie las impurezas del ambiente que nos rodea y quede tan sólo la pulcritud de nuestro corazón! Como la imagen de esta figura de Monet, limpia, pulcra y clara en un espacio de verdadera libertad.












ORACIÓN:

Te damos gracias, Señor, porque, a través del mundo, nos has revelado tu poder y tu gloria; haz que sepamos ver tu providencia en los avatares del mundo y concédenos la alegría, la serenidad y la concordia para edificar un mundo mejor.

jueves, 16 de septiembre de 2010

El ladrón de sueños

Había una vez un muchacho quien era hijo de un entrenador de caballos. El padre del muchacho era pobre y contaba con apenas unos pocos recursos para mantener a su familia y mandar al muchacho a la escuela. Una mañana en la escuela, estando el muchacho en la clase, el profesor le pidió a los alumnos que escribieran la meta que quisieran alcanzar para cuando fueran adultos.

El joven escribió una composición de siete páginas esa noche en la que describía su meta. Escribió su sueño con mucho detalle y hasta dibujó un plano de todo el proyecto: el rancho, las pesebreras, la ganadería, el terreno y la casa en la que quería vivir; en fin, puso todo su corazón en el proyecto y al día siguiente lo entregó al profesor.

Dos días más tarde, recibió de vuelta su trabajo reprobado, y con una nota que decía: "venga a verme después de clases". El chico del sueño fue a ver a su profesor y le preguntó ¿por qué me reprobó? El profesor le dijo: "es un sueño poco realista para un chico como tú. No tienes recursos; vienes de una familia pobre. Para tener lo que quieres hacen falta muchas cosas y además mucho dinero.

Tienes que comprar el terreno, pagar por la cría original y después tendrás muchos gastos de mantenimiento. No podrías hacerlo de ninguna manera. A continuación el profesor agregó: si vuelves a hacer el trabajo con objetivos más realistas, reconsideraré tu nota".

El chico volvió a su casa y pensó mucho. También le preguntó a su padre qué debía hacer. Éste le respondió: "mira hijo, tienes que decidir por ti mismo; de todos modos, creo que es una decisión importante para ti, ¿cierto?"

Finalmente después de reflexionar durante una semana, el chico entregó el mismo trabajo, sin hacer cambio alguno.

Le dijo al profesor: "usted puede quedarse con mi mala nota, yo me quedaré con mi sueño".

Al concluir el hombre miró a los niños y les dijo: "les cuento esta historia porque es mi historia. Aquí estamos en medio de la casa de mis sueños, dentro del rancho que me propuse conseguir por que esa era la meta de mi vida. Aún conservo aquella tarea del colegio enmarcada sobre la chimenea".

Luego agregó: "lo mejor de la historia es que hace dos años, ese mismo profesor trajo a treinta chicos a visitar mi rancho. Y al irse el profesor me dijo: ‘mira, ahora puedo decírtelo. Cuando era tu profesor, era una especie de ladrón de sueños. Durante esos años, le robé un montón de sueños a los niños. Por suerte tuviste la suficiente fortaleza para no abandonar el tuyo’."

No dejemos que nadie nos robe nuestros sueños, ni tampoco le robemos a otros los suyos.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

En camino Ultreia


En camino Ultreia from intercastilla on Vimeo.





Corto escrito y dirigido por Javier Castro.

lunes, 13 de septiembre de 2010

sábado, 11 de septiembre de 2010

Otros Caminos

Los peregrinos que llegaban del norte de Europa siguiendo "Vía Limosina" entraban a la Península por Bayona y Hendaya. Tras atravesar Guipúzcoa alcanzaban Vitoria por el túnel de San Adrián. La Ruta Bayona-Burgos tiene un desarrollo en la provincia de unos 93 kilómetros. El primer contacto con las tierras burgalesas se produce en el Condado de Treviño. Desde La Puebla de Arganzón, tras otro breve paso por Álava, el camino alcanza Miranda de Ebro, en donde estaba situado el único puente que desde Logroño facilitaba cruzar el curso del Ebro. Orón y Ameyugo permiten alcanzar la entrada del espectacular desfiladero de Pancorbo.







La Puebla de Arganzón

Miranda de Ebro

Desfiladero de Pancorbo








Después de cruzar el alargado pueblo-camino de Pancorbo y ya por las llanas tierras de La Bureba, atravesando Zuñeda, Grisaleña y Cameno, la vieja ruta de peregrinos alcanza Briviesca. Tras salvar los desniveles de La Brújula, la también llamada Ruta Alavesa confluía con el Camino Francés en el pueblo de Villafría, unos kilómetros antes de entrar en Burgos.








Paisaje de La Bureba








También se puede mencionar otro camino jacobeo secundario: el que entraba en Burgos a través del norteño Valle de Mena.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Castrojeriz - Puente Fitero

El paso de la Ruta Jacobea ha condicionado la historia, el trazado urbano -con sus casi dos kilómetros está considerado como uno de los más largos de toda la Ruta- y el rico patrimonio que conserva Castrojeriz. Dejando atrás el barrio de Santa María del Manzano los peregrinos entran en el antiguo recinto amurallado de Castrojeriz y comienzan el recorrido de la larga calle Real. A esta importante rúa de romeros se abren dos notables iglesias: la de Santo Domingo, con su valiosa colección de tapices flamencos, y la de San Juan, con su bello claustro del siglo XIV.






Panorámica de Castrojeriz

Claustro de San Juan

Virgen del Manzano en Castrojeriz

San Juan de Castrojeriz






Después de superar la cuesta y el páramo de Mostelares los peregrinos alcanzan Itero del Castillo. Último pueblo de la provincia de Burgos, fue un importante mojón del reino de Castilla. A la salida del mismo hay que cruzar el río Pisuerga por uno de los puentes más largos de todo el recorrido jacobeo. El puente Fitero fue mandado construir por Alfonso VI y en sus inmediaciones se localizan la ermita y el hospital gótico de San Nicolás.







Puente Fitero sobre el Pisuerga





jueves, 9 de septiembre de 2010

Burgos - Castrojeriz

El Camino de Santiago parte de Burgos siguiendo el cauce del Arlanzón para, a la altura de Villalbilla de Burgos, cruzarlo por el puente de La Tabla. Un poco más adelante se llega a Tardajos, pueblo de origen romano que recibe a los peregrinos con un elegante crucero del siglo XVIII. En esta localidad existió un antiguo hospital de peregrinos.






Camino de Santiago

Crucero de peregrinos en Tardajos







Desde Tardajos la Ruta Jacobea llega a Rabé de las Calzadas, pueblo en donde comienza la difícil travesía por los solitarios páramos que caracterizan el paisaje de la comarca. Tras una ligera bajada aparece, junto al río Hormazuela, el alargado caserío de Hornillos del Camino, un claro ejemplo de pueblo-camino que contó con varios hospitales de los cuáles sólo se conserva el del Santo Espíritu.







Paisaje del Camino







Otro desértico páramo, en el que se pueden localizar los despoblados de La Nuez y de San Bol -típicos enclaves jacobeos que pertenecieron respectivamente a los hospitalarios de San Juan de Arce y a la orden de San Antón-, permite llegar hasta Hontanas. En las casas de este pueblo atravesado por el Camino predomina el entramado de madera y adobe. Se mantiene en pie el hospital medieval de San Juan.







Fuente de Hontanas








A medio camino entre Hontanas y Castrojeriz aparecen las impresionantes y jacobeas ruinas del convento de San Antón. El Camino atraviesa un gran pórtico gótico en el que los monjes depositaban la comida para los peregrinos. Los Antonianos eran famosos por sanar el fuego de San Antón, una enfermedad medieval muy común en el norte de Europa.







Ruinas de San Antón








A la sombra de su famoso castillo se extiende la alargada villa de Castrojeriz. Importante hito jacobeo -llegó a contar con siete hospitales- su primer, y más notable, monumento es la colegiata de Nuestra Señora del Manzano, construcción gótica iniciada el año 1214. En su interior conserva numerosos tesoros artísticos.







Santiago Peregrino de Castrojeriz

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Burgos

Tras visitar en Gamonal la interesante iglesia gótica, siglo XIV, de Nuestra Señora la Real y Antigua y el crucero de peregrinos situado a su entrada, la Ruta Jacobea enfila hacia el casco histórico de Burgos.







Crucero e iglesia de Gamonal








La ciudad del Arlanzón es uno de los hitos fundamentales para comprender el trazado peninsular del Camino de Santiago. El paso de esta vía de peregrinación jacobea marcó la historia y el desarrollo urbano de la ciudad durante varios cientos de años. Todas sus instituciones religiosas, incluida su magnífica Catedral, giraban en torno a los peregrinos. Además, sus 35 hospitales convirtieron a Burgos en la ciudad más hospitalaria de toda Europa.







Fachada Real de la Catedral







Fue tanta la influencia del Camino de Santiago en la configuración urbana de Burgos que su plano actual ha conservado con toda exactitud el trazado histórico del mismo. Por la calle de Las Calzadas se alcanza la jacobea plaza de San Juan, con sus antiguos monasterio y hospital de romeros. Enfrente de éstos se alza la iglesia en donde están enterrados los restos de San Lesmes: venerado santo francés que se quedó en Burgos, allá por el siglo XI, para cuidar a los peregrinos enfermos.








Plaza y Arco de San Juan

San Lesmes de noche

Santiago Peregrino en la Cartuja





Una vez cruzado el puente medieval sobre el río Vena, el Arco de San Juan, permite enfilar por toda la larga y sombría calle del mismo nombre hasta enlazar, por la calle de Avellanos, con antigua rúa de Fernán González. Siguiendo esta vía se alcanza la Catedral. Tras maravillarse con esta joya del arte gótico y por la misma calle, se localiza la salida de la antigua ciudad amurallada: el arco mudéjar de San Martín. Después de cruzar el río Arlanzón por el puente de Malatos se llega, atravesando el parque de El Parral, hasta la capilla de San Amaro y el Hospital del Rey, una de las más importantes instituciones hospitalarias de todo el Camino de Santiago.







Arco de San Juan

Calle de Fernán González

Girola de la Catedral

Puente de Malatos

Entrada al Hospital del Rey

Patio del Hospital del Rey