Juan Pablo II. Oración Canonización
Abre la puerta
Un abrazo tangible y divino
Recuerda maestr@
Tus sandalias María
Carita
Que detalle señor, AM MN
Evangelio
Tranquilidad Interior
Imagine John Lennon
La escritura en la cárcel
El rostro de Jesús en el arte

Francisco Palau, era un hombre que confiaba plenamente en el buen Dios y muy valiente: “Cuando la contrariedad le jugaba una mala pasada -que fue en muchas situaciones- no se quedaba abatido. Se levantaba enseguida y volvía a empezar. Era un calificado hombre de Iglesia”.
Él no entendía la Iglesia como algunos difamadores dicen hoy: una estructura anticuada, que ha perdido el tren de la historia, sino que él la veía como la ternura de Dios, convertida en personas que se entregan al servicio de la sociedad. Ternura que se intensifica, cuando las personas sufren carencias. Pero para esta ternura de Dios, las mujeres y los hombres de la Iglesia, han de estar mucho rato con Jesús, hemos de ser personas de oración.
Su mensaje: que estemos siempre dispuestos a seguir a Cristo aunque nos cueste, que nos entreguemos con valentía y generosidad al servicio de los hermanos, que la soledad, la oración y el sacrificio sean la fuente de nuestro apostolado, que el amor a Cristo, a María y a la iglesia polaricen nuestra vida.
Su oración: Oh Dios, que por medio de tu Espíritu, enriqueciste al Beato Francisco, presbítero, con el don insigne de la oración y de la caridad apostólica; concédenos por su intercesión, que la amada Iglesia de Cristo, resplandeciente con la belleza de María, la Virgen Madre, sea más eficazmente sacramento universal de salvación. Amén.