"Los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado" (Mt 28, 16)
Si quieres gozar la Sabiduría para conocer a Dios, tienes que ir a Galilea; si quieres que los ojos de tu corazón se iluminen para comprender cuál es la esperanza a la que Dios te llama, tienes que ir a Galilea; si quieres pregustar la gloria a la que Dios te convoca, tienes que ir a Galilea; si quieres experimentar la grandeza del poder de Dios que resucita a Jesús de entre los muertos, tienes que ir a Galilea; si quieres encontrarte con Dios que está detrás de ti a cada instante, tienes que ir a Galilea; si quieres descubrir el sabor de la vida que plenifica y realiza al ser humano, tienes que ir a Galilea. ¡Galilea!, donde todo comienza a ser posible, ¡de nuevo!
Si ya estuviste en Galilea y todo se te queda como muy irreal y lejano, como muy abstracto e imposible, como muy viejo y vacío, como muy iluso e impersonal, como muy sabido y pasado, como muy repetitivo y manido... hoy puedes decidirte a volver a Galilea; ¡allí estamos convocados de nuevo! Pero tendrás que dejar Judea y el templo, con su poder y su culto, con su seguridad, para vivir la novedad de lo de siempre, que aún no conoces. Se te regalarán nuevas gracias para subir a todos los montes de nuestra historia: te volverás a desposar con la voluntad de Dios en el Sinaí, adquirirás una "visión" (los ojos de Dios en tu corazón) divina con el sacrificio de tu nuevo hijo en Moria, aprenderás a proclamar con tu vida la Buena Noticia en el Monte de las Bienaventuranzas, verás en el Tabor la presencia de Dios que se te desvela, se te pedirá de nuevo la entrega de tu vida en el Gólgota... Por el camino, en los encuentros, irás realizando la Misión, y la Luz de los ojos de tu corazón te concederá palabras para convocar a todos a Galilea y te dotará de fuerzas para subir una y otra vez al monte, al encuentro con Dios, junto con todos los que te acompañan.
Si lo prefieres, quédate ahí, plantado, mirando al cielo, hasta que pierdas el criterio del tiempo que va a hacer mañana, hasta que confundas el juicio sobre lo que hay que hacer hoy. Pero recuerda "los discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado".
La Ascensión del Señor - Solemnidad.
XIX MEDITACIÓN
La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad
LA ASCENSIÓN
Mi amado Jesús después de la Resurrección estuvo aún en la tierra por cuarenta días y continuamente se aparecía a los Apóstoles y a los discípulos para confirmarlos en la fe y para aumentar su certeza en la Resurrección, y cuando no estaba con los Apóstoles permanecía Conmigo en el Cenáculo rodeado por las santas almas que había sacado del Limbo.
Transcurridos los cuarenta días, mi dulce Jesús enseñó por última vez a sus Apóstoles y después de haberme elegido como su Maestra y Guía y de haber prometido el envío del Espíritu Santo, bendiciéndonos a todos tomó el vuelo hacia el Cielo con el cortejo maravilloso de almas por El liberadas.
La Reina del Cielo en el Reino de la Divina Voluntad
LA ASCENSIÓN
Mi amado Jesús después de la Resurrección estuvo aún en la tierra por cuarenta días y continuamente se aparecía a los Apóstoles y a los discípulos para confirmarlos en la fe y para aumentar su certeza en la Resurrección, y cuando no estaba con los Apóstoles permanecía Conmigo en el Cenáculo rodeado por las santas almas que había sacado del Limbo.
Transcurridos los cuarenta días, mi dulce Jesús enseñó por última vez a sus Apóstoles y después de haberme elegido como su Maestra y Guía y de haber prometido el envío del Espíritu Santo, bendiciéndonos a todos tomó el vuelo hacia el Cielo con el cortejo maravilloso de almas por El liberadas.
LA ASCENCIÓN DEL SEÑOR. Pbro. Lic. José Luis Aguilera Cruz aguileracruz@yahoo.com.mx
"Vayan y enseñen a todas las naciones"
VER AL RESUCITADO.
La experiencia de ver al resucitado debió ser de lo más grande en la experiencia de los apóstoles pues fue la primera predicación, la más importante, en este domingo de la ascensión del Señor leemos el evangelio de san Mateo 28, 16-20; y comienza por recordar la cita del resucitado con los suyos, era en Galilea, en un monte especial, y "Al ver a Jesús, se postraron aunque algunos titubeaban" vv. 16-17; primero que nada aquí vemos que la distancia no importa para ver y encontrarse con la persona amada y eso lo sabe todo aquel que se ha enamorado, pues eso está pasando en el corazón de aquellos hombre y descubrimos también la admiración de esa gente al ver a Jesús, y el titubeo que se refiere a la duda, si esos hombres aún viéndolo dudaban, hoy que mucha gente dude en el resucitado es casi normal, pero si creemos aprovechemos la oportunidad de vivir postrados ante él.
"JESÚS SE ACERCÓ A ELLOS".
Primero es Jesús el que los cita y el que los espera, los once apóstoles ocurren a la cita con el Señor, pero estando ellos, es él el que se acerca a ellos, Jesús nunca se va dejar ganar en generosidad en ninguno de los aspectos, si tú das algo por él, él te da más, si te acercas a él, él se acerca a ti todavía más, y se acerca tanto que casi es nuestra propia conciencia, nuestra propia voz, por eso las personas que más oran que más tienen esa intimidad con el Señor son las más llenas de él de su amor, de sus ideas, y así valoramos al Beato Juan Pablo II, y a la gran madre Teresa de Calcuta que el 20 de diciembre del 2002 el nuevo beato, el Papa Juan Pablo II, aprobó los decretos sobre la heroicidad de las virtudes de Madre Teresa. Ellos fueron cercanos a Dios y en ellos Dios se nos acercó a nosotros.
"ME HA SIDO DADO TODO PODER".
La semana pasada reflexionábamos sobre la autoridad de Jesús, que él ahora es el que pone los mandamientos y por lo tanto es a él a quien debemos obedecer, y hoy encontramos el porqué, volvemos al AT. y descubrimos que el todo poderoso es Yahvéh, es el que creó el mundo con su sola palabra, el que envió sus diez palabras, es decir el decálogo, los diez mandamientos, pero ahora Jesús con su palabra sanará a los enfermos, dominará la tormenta, resucita a los muertos, por eso ahora es Jesús el que manda sus mandamientos, ahora son dos mandamientos, ambos en relación al amor, pero ¿porqué? Porque el Padre Dios todo poderoso le ha concedido todo poder, y en consecuencia ahora él debe ser obedecido, las palabras que a continuación dice Jesús son su testamento, son su despedida.
ENSEÑEN, BAUTICEN Y ESTARÉ CON USTEDES.
Tomando en cuenta que Jesús tiene todo el poder en el cielo y en la tierra, ahora sus mandatos tienen carácter de obligatorio. El resucitado en el momento de subir a los cielos nos deja su último mandato: "Vayan, pues, y enseñen a todas las naciones, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándolas a cumplir todo cuanto yo les he enseñado; y sepan que yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo" vv. 19-20; lo que Jesús dijo a su pequeña iglesia en aquel monte en Galilea ahora es para todos los bautizados en su nombre, tanto tú como yo tenemos que obedecer a nuestro maestro y amigo, tenemos que levantarnos de nuestra postración e ir a llevar la palabra de Jesús a otros y no solamente la palabra, también los sacramentos y la vida nueva.
Vídeo de Juan Segura para elcantarodesicar.com en la solemnidad de la Ascensión del Señor. Canción "Subió a los cielos" del álbum "Al tercer día".