Vuelve la primavera y con ella el espectáculo de los cerezos de Villariezo en flor. Los árboles que ofrecen las mejores cerezas y las auténticas picotas de Villariezo se inundan de flores, brindando una imagen insólita y de una belleza reconocida. No sólo se trata de un espectáculo visual, es también una etapa fundamental en el cultivo de uno de los frutos más ricos y saludables y que aporta mayores beneficios para nuestro organismo.
Ocurre una vez al año y así como es una de las festividades más importantes de Japón, también en España existe un lugar al que acuden miles de turistas para contemplar uno de los espectáculos más bellos que en estas fechas nos brinda la Naturaleza.
La floración del cerezo es un milagro en sí misma. Quizás sea por la espectacularidad de unas flores que estallan como petardos de la noche a la mañana. Quizás porque ese estallido rompe con las grisuras del invierno en una recién estrenada primavera, prologando un tiempo de colores y flores que se presiente ya en los poros de la piel. El caso es que cuando los cerezos florecen en multitud el milagro se revela tan deslumbrante como la pistola de un soldador. Las ramas de los árboles se abarrotan de floripondios y el paisaje reverbera como el mantón de una nevada tardía.