lunes, 11 de abril de 2011

Capilla de San Bruno

Bojarte o tabla de señalización de misas. Mediados del siglo XV. Madera policromada. Óleo sobre tabla (140 x 80 x 27 cm)







Es uno de los pocos objetos que sobrevivió al incendio del monasterio producido a mediados del siglo XV, que arrasó con casi la totalidad del cenobio. Su función consiste en organizar las intenciones de las misas. Por ello preside la tabla una representación de la Santa Cena, en el momento de la institución de la Eucaristía, tema en íntima relación con el acto litúrgico de la misa. La parte superior, a modo de dosel, es un añadido posterior.






Anunciación. Pedro Berruguete. Hacia 1490-1496







Es una de las grandes obras de Pedro Berruguete, uno de los pintores que trabajaron para Isabel la Católica. De origen castellano, se formó en Italia, donde conoció de primera mano la pintura del Quattrocento, sin embargo en su obra se plasma también su gran interés por artistas flamencos.

Esta obra no fue concebida para ser integrada en un retablo, como sucede en otras Anunciaciones realizadas por Berruguete. Ello se debe a que debió ser un encargo particular de la propia Isabel la Católica para ornamentar la Cartuja, convertida en panteón familiar.






María Magdalena. Siglo XVI. Alabastro. (40 x 36 x 16 cm)






María Magdalena tuvo un papel fundamental en el ciclo de la Pasión de Cristo y además es la patrona de los monjes contemplativos.

Su transformación de cortesana a penitente demostraba que tras una vida de pecado era posible el arrepentimiento y el perdón de Dios.

En este magnífico relieve se opta por presentar en primer plano a la Magdalena en penitencia, junto a sus atributos (libro y tarro de ungüentos).

En un segundo plano se narra su traslación a los cielos, cubriendo su desnudez sus largos cabellos.






Virgen de Miraflores. Maestro de la Santa Cruz. Escuela Castellana






Tabla que pertenece a la serie que narra el escubrimiento de la Vera Cruz en cinco episodios, que en origen estuvieron colocados en la sacristía. Se desconoce el autor de este conjunto pictórico. No obstante han sido consideradas como obras del foco burgalés, y atribuidas al Maestro de la Santa Cruz.