La naturaleza cura. El canto
de los pájaros, el reflejo del sol en
la superficie de un lago, la noche
cuajada de estrellas, ofrecen
un bálsamo al corazón y al alma
fatigadas. Cuando no puedas
acercarte a la naturaleza, acerca
la naturaleza a ti: compra una
pecera, plantas, flores, o cultiva
un diminuto jardín de interior.