Desterrado por su rey Alfonso VI, el Cid se ve obligado a dejar las tierras castellanas con la orden de abandonar el reino en un plazo de nueve días. Estos primeros versos reflejan la tristeza del Cid cuando, a lomos de su caballo, vuelve la mirada para ver, quizá por última vez, los muros de su casa y propiedades, en Vivar. Acompañado por su mujer, sus dos hijas y un reducido grupo de parientes y amigos, el Cid se encamina así hacia un destino incierto y plagado de peligros, que llevará por tierras musulmanas hasta la incomparable Valencia.
En la provincia de Burgos, el Camino del Cid tiene cuatro hitos ineludibles: Vivar del Cid, patria chica del Campeador; Burgos, ciudad de abundantes referencias cidianas; el Monasterio de San Pedro Cardeña, igualmente ligado a la figura mítica del Cid a lo largo de los siglos; y Spinaz de Can, el paraje en el que el Cid acampó camino del destierro, y que algunos autores sitúan en Pinarejos.
En la provincia de Burgos, el Camino del Cid tiene cuatro hitos ineludibles: Vivar del Cid, patria chica del Campeador; Burgos, ciudad de abundantes referencias cidianas; el Monasterio de San Pedro Cardeña, igualmente ligado a la figura mítica del Cid a lo largo de los siglos; y Spinaz de Can, el paraje en el que el Cid acampó camino del destierro, y que algunos autores sitúan en Pinarejos.
El Camino del Cid a su paso por Burgos puede recorrerse en su mayor parte por caminos históricos de carácter senderista, o bien por carretera. Sea cual fuere la opción del viajero, la aventura comienza en Vivar.
ADIOS A VIVAR
Vivar del Cid, a 10 km al norte de Burgos, es el inicio de este camino y también el inicio del cantar del Mío Cid. Según el poema, el Cid salió de Vivar, patria chica del caballero, con la orden real de abandonar Castilla en nueve días. Se ha colocado un conjunto escultórico a escasos metros de la Legua O. En el Convento del Espino se guardó durante siglos el manuscrito del Cantar del Mío Cid, hoy en la Biblioteca Nacional.
Conmemorando la muerte de Rodrigo en Valencia, el 10 de julio de 1099, Vivar celebra anualmente una semana cidiana.
BURGOS
La siguiente parada es Burgos. Un recorrido urbano dirige al visitante por los hitos cidianos más importantes. Atravesando el Arco de San Martín, y a los pies del Castillo, se alza El Solar del Cid, señalado con un sencillo monumento. La tradición enmarca en la iglesia de Santa Águeda la legendaria "jura de Santa Cadea", en la cual el Cid obligó a jurar Alfonso VI que no había tenido que ver en la muerte de su hermano, el rey Sancho, asesinado en el cerco de Zamora.
Por la Puerta de Santa María abandonó el Cid, cruzando el Arlanzón y acampando en la glera, no sin antes arrodillarse en la iglesia de Santa María, donde hoy se alza la Catedral gótica, patrimonio de la Humanidad, en cuyo interior se hallan restos de Rodrigo y su esposa Jimena. Recordando al Cid, sobre el puente de San Pablo, hay ocho estatuas de Lucarini que representan a los amigos y parientes del caballero, presidiendo el conjunto, se alza la estatua escuestre del Cid, de Juan Cristóbal. También destacan los impresionantes murales de Vela Zanetti en la cúpula del Palacio de la Diputación Provincial.
SAN PEDRO DE CARDEÑA, EL REFUGIO SEGURO
Cerca de Burgos se halla el Monasterio de San Pedro Cardeña. Allí quedaron, a salvo de la ira del rey, Jimena y sus dos hijas -en el Cantar, doña Elvira y doña Sol-. San Pedro es el más antiguo de los grandes monasterios castellanos; fué fundado en 899, constituyendo un importante centro cultural y espiritual de la época.
El monasterio fué saqueado en 953 por Abderramán III. Del primitivo monasterio románico quedan su torre del siglo XI, y el claustro. En San Pedro reposaron los del Rodrigo y su esposa hasta que fueron trasladados a la Catedral en el siglo XX; Sin embargo, su mausoleo aún puede visitarse.
EL VALLE DE ARLANZA, LA CUNA DE CASTILLA
El Camino sigue hacia Covarrubias por Cubillo del Campo y Mecerreyes. En este itinerario literario del Cantar, las huestes cidianas atravesaron probablemente Covarrubias, villa medieval de gran interés en la que destacan la antigua colegiata y el torreón de Fernán González del siglo X. El Camino prosigue por Retuerta, una pequeña localidad de alto valor etnográfico, hasta Santo Domingo de Silos. Las obras de su maravilloso claustro románico ya se habían iniciado cuando el Cid fue desterrado en 1801. Aunque Almanzor, a finales del siglo X, provocó grandes destrozos, entre los siglos XI-XIII se convirtió en un gran centro espiritual, cultural y artístico, gracias a Santo Domingo quien, a mediados del siglo XI, reedificó el monasterio.
El Cantar aún cita un topónimo más, Spinaz de Can, cuya exacta localización es desconocida, si bien algunos estudiosos lo enclavan en el despoblado de Pinarejos, entre Pañacoba -villa que perteneció al Cid y fue donada por mitad en 1076 a Silos- y Huerta del Rey. Desde Huerta del Rey el Camino se dirige hacia tierras sorianas. Frente a Quintanarraya y junto a Peñalba de Castro, se hallan los importantes restos de la ciudad romana de Clunia.
El camino se adentra en Soria por Alcubilla de Avellaneda hacia San Esteban de Gormaz, que fuera señorío de Rodrigo Díaz, y que cuenta con un importante patrimonio románico.
ADIOS A VIVAR
Vivar del Cid, a 10 km al norte de Burgos, es el inicio de este camino y también el inicio del cantar del Mío Cid. Según el poema, el Cid salió de Vivar, patria chica del caballero, con la orden real de abandonar Castilla en nueve días. Se ha colocado un conjunto escultórico a escasos metros de la Legua O. En el Convento del Espino se guardó durante siglos el manuscrito del Cantar del Mío Cid, hoy en la Biblioteca Nacional.
Conmemorando la muerte de Rodrigo en Valencia, el 10 de julio de 1099, Vivar celebra anualmente una semana cidiana.
BURGOS
La siguiente parada es Burgos. Un recorrido urbano dirige al visitante por los hitos cidianos más importantes. Atravesando el Arco de San Martín, y a los pies del Castillo, se alza El Solar del Cid, señalado con un sencillo monumento. La tradición enmarca en la iglesia de Santa Águeda la legendaria "jura de Santa Cadea", en la cual el Cid obligó a jurar Alfonso VI que no había tenido que ver en la muerte de su hermano, el rey Sancho, asesinado en el cerco de Zamora.
Por la Puerta de Santa María abandonó el Cid, cruzando el Arlanzón y acampando en la glera, no sin antes arrodillarse en la iglesia de Santa María, donde hoy se alza la Catedral gótica, patrimonio de la Humanidad, en cuyo interior se hallan restos de Rodrigo y su esposa Jimena. Recordando al Cid, sobre el puente de San Pablo, hay ocho estatuas de Lucarini que representan a los amigos y parientes del caballero, presidiendo el conjunto, se alza la estatua escuestre del Cid, de Juan Cristóbal. También destacan los impresionantes murales de Vela Zanetti en la cúpula del Palacio de la Diputación Provincial.
SAN PEDRO DE CARDEÑA, EL REFUGIO SEGURO
Cerca de Burgos se halla el Monasterio de San Pedro Cardeña. Allí quedaron, a salvo de la ira del rey, Jimena y sus dos hijas -en el Cantar, doña Elvira y doña Sol-. San Pedro es el más antiguo de los grandes monasterios castellanos; fué fundado en 899, constituyendo un importante centro cultural y espiritual de la época.
El monasterio fué saqueado en 953 por Abderramán III. Del primitivo monasterio románico quedan su torre del siglo XI, y el claustro. En San Pedro reposaron los del Rodrigo y su esposa hasta que fueron trasladados a la Catedral en el siglo XX; Sin embargo, su mausoleo aún puede visitarse.
EL VALLE DE ARLANZA, LA CUNA DE CASTILLA
El Camino sigue hacia Covarrubias por Cubillo del Campo y Mecerreyes. En este itinerario literario del Cantar, las huestes cidianas atravesaron probablemente Covarrubias, villa medieval de gran interés en la que destacan la antigua colegiata y el torreón de Fernán González del siglo X. El Camino prosigue por Retuerta, una pequeña localidad de alto valor etnográfico, hasta Santo Domingo de Silos. Las obras de su maravilloso claustro románico ya se habían iniciado cuando el Cid fue desterrado en 1801. Aunque Almanzor, a finales del siglo X, provocó grandes destrozos, entre los siglos XI-XIII se convirtió en un gran centro espiritual, cultural y artístico, gracias a Santo Domingo quien, a mediados del siglo XI, reedificó el monasterio.
El Cantar aún cita un topónimo más, Spinaz de Can, cuya exacta localización es desconocida, si bien algunos estudiosos lo enclavan en el despoblado de Pinarejos, entre Pañacoba -villa que perteneció al Cid y fue donada por mitad en 1076 a Silos- y Huerta del Rey. Desde Huerta del Rey el Camino se dirige hacia tierras sorianas. Frente a Quintanarraya y junto a Peñalba de Castro, se hallan los importantes restos de la ciudad romana de Clunia.
El camino se adentra en Soria por Alcubilla de Avellaneda hacia San Esteban de Gormaz, que fuera señorío de Rodrigo Díaz, y que cuenta con un importante patrimonio románico.
El promo Camino del Cid es la carta de presentación audiovisual de este itinerario que sigue las huellas de Rodrigo Díaz de Vivar en su camino al destierro. Prácticamente 2.000 kilómetros de recorrido por toda la península ibérica que te permitirán vivir una aventura única.