El peregrino en Galicia a través de O Cebreiro, en la provincia de Lugo, donde se encuentra la iglesia prerrománica de Santa María la Real.
En ella tuvo lugar en el siglo XIV el Santo Milagro.
Cuenta la historia que, un día de invierno, tan sólo acudió a misa un feligrés, un vecino de Barxamaior que subió hasta allí a pesar de la nieve y la ventisca. El clérigo que oficiaba seguramente atravesaba un momento de dudas en su fe y, en el instante de consagrar, pensó mientras miraba al devoto: “que hará este hombre aquí con este frío, total para ver un trozo de pan y un poco de vino”.
Entonces se obró el milagro, la hostia se convirtió en carne y el vino en sangre, reliquias que aún hoy se conservan en la iglesia, junto a la patena y al cáliz, que es conocido como el Santo Grial Gallego.
Más adelante, en el monasterio de Samos, hay una fuente formada por cuatro extrañas figuras femeninas con cuerpos de serpiente, y cabeza y pechos de mujer.
Se cuenta que, en una ocasión, la autoridad eclesiástica consideró que aquellas figuras no debían estar en un lugar tan visible y ordenó desmontar la fuente para trasladarla a un sitio más discreto. Pero cuando iban a transportar las piezas, éstas aumentaron de peso de manera que no había forma de moverlas de allí, por lo que no quedó más remedio que reconstruir la fuente en el mismo lugar, para lo cual, milagrosamente, las piedras recuperaron su peso normal, dejando claro así que la fuente no tenía ninguna intención de moverse de allí.
En ella tuvo lugar en el siglo XIV el Santo Milagro.
Cuenta la historia que, un día de invierno, tan sólo acudió a misa un feligrés, un vecino de Barxamaior que subió hasta allí a pesar de la nieve y la ventisca. El clérigo que oficiaba seguramente atravesaba un momento de dudas en su fe y, en el instante de consagrar, pensó mientras miraba al devoto: “que hará este hombre aquí con este frío, total para ver un trozo de pan y un poco de vino”.
Entonces se obró el milagro, la hostia se convirtió en carne y el vino en sangre, reliquias que aún hoy se conservan en la iglesia, junto a la patena y al cáliz, que es conocido como el Santo Grial Gallego.
Más adelante, en el monasterio de Samos, hay una fuente formada por cuatro extrañas figuras femeninas con cuerpos de serpiente, y cabeza y pechos de mujer.
Se cuenta que, en una ocasión, la autoridad eclesiástica consideró que aquellas figuras no debían estar en un lugar tan visible y ordenó desmontar la fuente para trasladarla a un sitio más discreto. Pero cuando iban a transportar las piezas, éstas aumentaron de peso de manera que no había forma de moverlas de allí, por lo que no quedó más remedio que reconstruir la fuente en el mismo lugar, para lo cual, milagrosamente, las piedras recuperaron su peso normal, dejando claro así que la fuente no tenía ninguna intención de moverse de allí.
Documental histórico y descrptivo de la Leyenda del Santo Grial.
El Monasterio de Samos se trata en la actualidad de un centro de espiritualidad, pero fue construido en el siglo VI. Con el paso de los años, esta edificación sufrió varios incendios y saqueos. De este centro de espiritualidad han salido siete obispos, entre los que destaca el ilustrado Benito Jerónimo Feijoo. A principios del siglo XIX se constituye como sede de la orden de los Benedictinos. Hay que destacar obligatoriamente la escalera neogótica diseñada por Juan Monleón, el refectorio, que es de estilo renacentista, y la obra pictórica de Enrique Navarro, que lleva por título El Milagro de Santa Escolástica. Es interesante visitar el salón gótico que comunica la iglesia con la sacristía.