Atraído por el estudio de la luz natural y por los paisajes de la Franca rural, Mollet nos traslada a sus pinturas los motivos románticos que estos lugares atesoran. En esta obra dos campesinos, inmersos en la naturaleza, detienen su labor para rezar el Ángelus a mediodía. Sus figuras apagadas, entre las pinceladas suaves de los colores del campo y la fuerza luminosa del horizonte, permanecen estáticas. Su oración es tan intensa como la tierra profunda que los acoge. Dan gracias por la cosecha obtenida, fruto del esfuerzo de muchas semanas de trabajo. A sus pies, los aperos y el cesto con el premio del sudor de tantos días. Mollet los pinta con las cabezas piadosamente inclinadas. ¡Qué manera más hermosa de transmitir la espiritualidad de esta sencilla pareja de campesinos!.
La rutina, los problemas domésticos y profesionales, el estrés, las prisas, nuestro egoísmo… no nos dejan ver la abundancia de alegrías y bienes que nos regala diariamente la vida. ¡Señor! Gracias por las cosas grandes y pequeñas. Gracias por el aire que respiro. Gracias por todo lo que soy y lo que tengo. Gracias por las pruebas que he de superar cada día, purifican mi espíritu y me ayudan a enfrentarme a la vida. Gracias por los tiempos difíciles que me ayudan a crecer ante los problemas.
Gracias por enseñarme las lecciones de mis errores. Gracias por ver cuáles son mis limitaciones. Gracias por estar rodeado de mi familia, de mis amigos, de mis compañeros. Gracias por cada gesto, por cada sonrisa, por cada beso, por cada detalle… Gracias, Señor, por darme la fortuna de vivir cada día…
ORACIÓN:¡Gracias, Señor, por todo lo que me has dado en este año! ¡Gracias por la soledad, por el trabajo, por las dificultades y por los dones que de Ti he recibido! ¡Gracias, Señor, porque todo me acercó más a Ti íntimamente! ¡Gracias por dejarme vivir, Señor!
La rutina, los problemas domésticos y profesionales, el estrés, las prisas, nuestro egoísmo… no nos dejan ver la abundancia de alegrías y bienes que nos regala diariamente la vida. ¡Señor! Gracias por las cosas grandes y pequeñas. Gracias por el aire que respiro. Gracias por todo lo que soy y lo que tengo. Gracias por las pruebas que he de superar cada día, purifican mi espíritu y me ayudan a enfrentarme a la vida. Gracias por los tiempos difíciles que me ayudan a crecer ante los problemas.
Gracias por enseñarme las lecciones de mis errores. Gracias por ver cuáles son mis limitaciones. Gracias por estar rodeado de mi familia, de mis amigos, de mis compañeros. Gracias por cada gesto, por cada sonrisa, por cada beso, por cada detalle… Gracias, Señor, por darme la fortuna de vivir cada día…
ORACIÓN:¡Gracias, Señor, por todo lo que me has dado en este año! ¡Gracias por la soledad, por el trabajo, por las dificultades y por los dones que de Ti he recibido! ¡Gracias, Señor, porque todo me acercó más a Ti íntimamente! ¡Gracias por dejarme vivir, Señor!