Iglesia de San Francisco |
Según parece, el proyecto de tan magna obra alarmó a los responsables del Hospital Real. Reclamaban que la altura y situación del edificio impedía la circulación de aire en la plaza y tapaba el sol al hospital.
Fue necesario desplazar su ubicación y reducir la altura. Aún así, presenta una planta excelente, rematada por el Apóstol a caballo, sobre un tímpano central que representa la Batalla de Clavijo. Actualmente alberga el Concello (ayuntamiento) y la Presidencia de la Xunta de Galicia.
A la derecha, una larga calle nos lleva al Convento de San Francisco. El de Asís, viajó a Compostela en 1213, donde, en una aparición, el Apóstol Santiago le pidió que fundara un convento. Así, se instaló en una ermita cerca del monte Pedroso, donde vivía el humilde carbonero Cotolay, al que pidió encargarse de la obra. Eligieron, pues, un terreno en un lugar conocido como “Val do Inferno”, propiedad de los monjes de San Martín Binario, con cuyo abad acordaron la compra del solar a cambio de un cesto de peces al año.
Cotolay preguntó entonces cómo iban a costear la obra y San Francisco le ordenó excavar junto a una fuente que manaba en el terreno. Milagrosamente, apareció un cofre lleno de oro, gracias al cual se pudo erigir el convento.
Desde entonces, llamaron a aquel lugar “Val de Deus”.
Los restos de Cotolay descansan en el interior del convento, en el que actualmente está el Museo de Tierra Santa, un precioso Hotel y un albergue de transeúntes. Afuera, una obra del escultor Francisco Asorey a modo de gigantesco crucero nos recuerda a su fundador San Francisco de Asís.