viernes, 12 de diciembre de 2008

El Calendario Judío


El calendario judío es lunisolar; los meses empiezan con la luna nueva y duran veintinueve o treinta días, mientras que el calendario solar tiene doce meses. El desfase entre el año solar y el lunar se corrige añadiendo un mes a determinados años embolismales. Este ajuste permite que las fiestas se celebren en la estación correspondiente. Los años comunes y los embolismales forman un ciclo de diecinueve años. Siete de cada ciclo (el 3, 6, 8, 11, 14, 17, 19) son embolismales. De esta manera y mediante cálculos complejos se puede evitar que la fiesta de Yom Kipur caiga en viernes o domingo con el fin de que no haya dos «sábados» (doble celebración) seguidos y Pésaj no lo haga en lunes, miércoles o viernes.


Un conjunto de siete días forma una semana que acaba en el sábado, sabat . El resto de los días no tiene nombre propio, llamándolos por su ordinal: día primero (domingo), día segundo (lunes), día tercero. En cuanto al cómputo de los años, el judaísmo toma como punto de partida el de la creación del mundo, que según la tradición rabínica tuvo lugar en el 3760 a .C. (así el año 2002 d.C. corresponde al 5762 de la creación).


El año comienza en el mes de Tisrí que se corresponde, según el tipo de año, con los meses de septiembre o de octubre. La enumeración de los meses, siguiendo el calendario babilónico, comienza en primavera. Los meses del año son: Nisán, marzo/abril; Iyar, abril/mayo; Siván, mayo/junio; Tamuz, junio/julio; Ab, julio/agosto; Elul, agosto/septiembre; Tishri, septiembre/octubre; Marjesván, octubre/noviembre; Kislev, noviembre/diciembre; Tébet, diciembre/enero; Sébet, enero/febrero; Adar, febrero/marzo.



El ciclo festivo anual

Dentro del ciclo festivo anual puede distinguirse entre:


1. Las fiestas solemnes en los llamados «días temerosos» (yamim noraim), que comprenden desde año nuevo (Ros ha-saná) al día de la Expiación (Yom Kipur) o del Gran Perdón.
2. Las fiestas mayores o «días buenos» (yamim tobim), que son aquellas que en tiempos del Templo había obligación de peregrinar a Jerusalén. Son: la Pascua (Pésaj), las Semanas (Sabuot) o Pentecostés y las Cabañuelas (Sukot).
3. Fiestas menores que recuerdan algún hecho histórico del pueblo judío: la Consagración (Hanuká), las Suertes (Purim) y el 15 de sabat (Tu-bisbat).
4. Se conmemoran aquellas fiestas en las que hay obligación de ayunar: el 9 de Ab (Tisa be-ab), día de la Destrucción del Templo.



Fiesta de la Expiación (Yom Kipur) o del Gran Perdón

Es la festividad más solemne del calendario judío, al final de los diez Días Austeros o Temibles (Yamim Noraim). Se celebra entre septiembre y octubre.
Entre Año Nuevo (Ros-ha-saná) y Yom Kipur pasan diez días (Aséret Yemé Tesubá) de arrepentimiento y penitencia en los que era costumbre visitar las tumbas de los antepasados. El Yom Kipur comienza la víspera por la tarde, en la que hay obligación de reconciliarse y solicitar el perdón de aquellos a los que se haya ofendido.
Es un día de riguroso ayuno en el que no está permitido comer, beber, bañarse, perfumarse, llevar calzado de cuero, tener relaciones sexuales, ni por supuesto hacer ninguno de los trabajos prohibidos en sábado. A los niños se les va acostumbrando poco a poco al ayuno, hasta que a la edad de trece años deben seguirlo como sus padres.
Es una fecha solemne pero no triste y toda la liturgia está orientada a lograr el perdón de los pecados cometidos durante el año. Hay curiosas costumbres anejas a esta fiesta, como es la de Expiación (kapará), consistente en sacrificar en las vísperas un gallo por cada varón y una gallina por cada hembra como rescate simbólico de los pecados; antes de degollar el ave, el sacrificador (sojet) la sostiene describiendo un círculo sobre la cabeza de la persona de cuyos pecados se hace el rescate.
La celebración se inicia en la sinagoga con la plegaria «Kol nidré» («Todos los votos»), cuya composición se atribuye a los judíos españoles de tiempos del rey visigodo Recaredo. Por esta plegaria se anulan todos los votos. En otra de ellas se describe un tribunal divino en el que se sopesan las acciones de cada persona. Entre los sefardíes se recitan composiciones de Selomó ibn Gabirol de Yehudá Haleví y de otros poetas hispanojudíos.
Los varones deben vestir de blanco en recuerdo del pasaje de Isaías 1, 18: «Aun si vuestros pecados fuesen rojos como la púrpura se emblanquecerán como la nieve». También son blancos los adornos textiles de la sinagoga en la que se encienden todas las luces. Los judíos, incluso los no ortodoxos, pasan el día entero o su mayor parte en la sinagoga y no calzan zapatos de cuero sino otro calzado penitencial.
Antes de acabar el servicio, se hace sonar el cuerno de morueco (sofar) para anunciar el final del ayuno e indicar que Dios ha escuchado las oraciones y ha concedido el perdón de los pecados.



Fiesta de las Cabañuelas o de Sukot

La fiesta de las Cabañuelas (Sukot) se celebra durante ocho días, del 15 al 22 de Tisrí (entre septiembre y octubre). En ella se conmemora el tiempo en que el pueblo de Israel, tras su salida de Egipto, anduvo errante por el desierto habitando en sencillas tiendas; esta celebración se fundió con otra de carácter agrícola, la fiesta de la vendimia y de la cosecha. En recuerdo de ambos hechos, cada familia debe construir una cabañuela (suká) en un lugar a cielo abierto, en la que es costumbre que se hagan las comidas durante la fiesta en especial la cena de la primera noche.
La suká debe ser una pequeña construcción temporal que tenga al menos tres paredes y cuyo techo debe estar cubierto con ramas y hojas que protejan de la luz del sol pero que permitan ver las estrellas y para recordar al hombre su confianza en el Señor del que viene toda ayuda. Hay que amueblarla como la propia casa y adornarla con productos relacionados con el campo: flores, frutos (uvas, granadas, higos, etc.), guirnaldas, etc. Además de tapices, cuadros, cadenetas, farolillos y cuantos elementos se consideren necesarios. Algunas sukot son verdaderas obras de arte.
En la sinagoga se utilizan una serie de productos agrícolas de carácter simbólico. En la mano izquierda se coge un cítrico (etrog) y en la derecha un ramo formado por una rama de palmera o palma (lulab), tres ramitas de mirto (hadás) y dos ramas de sauce (arabá). El ramo se agita tres veces en dirección a oriente, sur, occidente y norte y luego hacia arriba y hacia abajo. Los cítricos (etroguim) se conservan en artísticos estuches de plata u otro material noble y se caracterizan por su hermosa ornamentación.
Según la tradición siete huéspedes notables (uspizim) visitan la suká durante la fiesta: Abraham, Isaac, Jacob, José, Moisés, Aarón y David, cuyos nombres se recogen en un grabado o placa que adorna las paredes de la suká ; el huésped de cada día es invitado en una oración antes de la comida. Es costumbre leer en la fiesta el Eclesiastés (Kohélet) que contrasta con el ambiente festivo que se respira.
Una ceremonia importante de esta fiesta es la de la petición de las lluvias para el invierno que entra.
Al final de Sukot se celebra la fiesta de la «Alegría de la Ley» (Simjat Torá)en la que se exalta la ley revelada por Dios a su pueblo. Se celebra con grandes manifestaciones de alegría paseando en procesión siete veces los rollos de la Ley entorno al estrado de lectura (tebá), cantando y bailando. Los personajes centrales de esta fiesta son el novio de la Ley (jatán Torá) y el novio del Génesis (jatán beresit), a quienes corresponde leer la última y la primera parte del texto sagrado en un ritual que recuerda el de una ceremonia nupcial.



Fiesta de las luces o Hanuká

Esta fiesta tiene lugar a finales del mes de Kislev (diciembre) y dura ocho días. Se conmemora la purificación del Templo de Jerusalén en el año 165 a .C., después de la derrota, por los hermanos Macabeos, del griego Antíoco Epifanes, quien había prohibido el culto a Dios en el Templo, implantando en él el culto a Zeus, e intentando que los judíos asimilasen las costumbres y la cultura helenísticas.

El uso de la luz en esta fiesta es en recuerdo de una piadosa leyenda recogida en las tradiciones judías, que tuvo lugar cuando al proceder a la purificación del Templo, al volver a encender la lámpara del Sancta Sanctorum, se advirtió que no quedaba aceite consagrado más que para un día y a pesar de ello la luz permaneció encendida durante ocho días hasta que la rebelión triunfó. En conmemoración del suceso, la fiesta dura ocho días, encendiéndose cada noche una luz adicional en una lámpara (hanukiyá) que contiene ocho receptáculos para mecha y aceite más uno auxiliar, hasta que en la octava noche aparecen todas iluminadas.
Los niños son protagonistas principales: se les obsequia con monedas u otros regalos y juegan con una perinola (sevivón) de cuatro costados, en las que figuraban las letras hebreas iniciales de la frase que significa: «un gran milagro ocurrió allí».


Es una fiesta alegre en la que se acostumbra a hacer visitas y a intercambiar regalos, especialmente dulces, los llamados buñuelos de Hanuká, y otros pasteles de queso en recuerdo de Judit, cuya historia se cuenta a los niños. También en esta fiesta se ayuda a los más necesitados de la comunidad. La lámpara ha de colocarse en un lugar visible, cerca de una ventana si se vive en un piso o en la puerta de entrada, para indicar con su luz a los viandantes que se encuentran ante un hogar judío.

Fiesta de las Suertes o Purim

La fiesta de las Suertes (Purim) se celebra el 14 de Adar (febrero-marzo) y se conmemora la salvación milagrosa de los judíos de Persia gracias a la intercesión de la reina Ester y de su tío Mardoqueo. El cortesano Hamán, que contaba con el favor del rey persa (Jerjes o Artajerjes), acusa a los judíos de no cumplir las leyes del reino porque sus leyes son diferentes a las de los demás pueblos, y echa a suertes el día en el que habían de perecer.
Enterado Mardoqueo, avisa a la reina, quien se presenta ante el rey y consigue la salvación de su pueblo, siendo ahorcados Hamán y sus diez hijos. La historia la cuenta con detalle el rollo bíblico (meguilá), que se lee en hebreo en la sinagoga en los servicios matutino y vespertino, mientras los asistentes siguen la lectura en pequeños rollos (meguilot) de su propiedad y la chiquillería alborota con silbidos y sonidos de carracas cada vez que se lee el nombre del malvado Hamán.
La decoración de los rollos puede ser muy rica y variada, ya que admite motivos profanos, lo que ha estimulado la imaginación de artífices e iluminadores. Temas como la historia de Ester y la visión diferente de la misma según los países y las épocas, escenas galantes, flores, frutos, etc., constituyen algunos de los motivos utilizados para decorar estas meguilot ; también se incluyen motivos burlescos que tienen como protagonista la figura de Hamán.
En esta fiesta está permitido beber hasta llegar a confundir los nombres de Mardoqueo y de Hamán y se comen dulces y golosinas; se dan limosnas a los pobres y aguinaldos en metálico, platos dulces y regalos de ropa y joyas a parientes y amigos, en especial a los niños. Son corrientes las representaciones teatrales, los juegos de azar y los disfraces durante los cuales se elige a la joven más bella como "reina Ester", en los que está el origen del teatro moderno. Es en definitiva el "carnaval" judío: los niños se disfrazan y también los mayores, y la fiesta se celebra con todo jolgorio, en el que participan los rabinos y estudiantes de academias rabínicas.
En la alegre cena de Purim existe un postre que son unos pasteles llamados "la orejas de Hamán", especie de empanadas rellenas de miel de forma triangular.
"Estos días de Purim no caerán en desuso entre los judíos, ni la memoria de ellos acabará entre su descendencia" (Ester 9, 29).

Fiesta de Pascua o Pésaj

La fiesta de Pascua (una de las tres de peregrinación al templo de Jerusalén en tiempos bíblicos), se celebra durante ocho días del 15 al 23 de nisán , en el mes de abril. Su origen se pierde en el tiempo, ya que era una fiesta de pastores a la que se unió otra de carácter agrícola, la de los ácimos, en la que está prohibido el consumo y posesión de pan y de cualquier producto con levadura. Luego pasó a ser la fiesta de la libertad, en conmemoración de la liberación de los judíos de la esclavitud egipcia, según se narra en el libro bíblico del Éxodo. La salida de Egipto se rememora todos los años en el "orden" (séder) de las dos primeras noches de Pascua, durante el cual se cena en familia y se lee la Agadá , relato en hebreo del Éxodo según textos rabínicos.
En las fechas previas a la Pascua , hay que hacer en las casas y propiedades judías una meticulosa limpieza para eliminar de utensilios y vestidos cualquier resto de alimento que contenga levadura, ya que según cuenta la Biblia los judíos salieron de Egipto tan deprisa que no hubo tiempo para que la masa leudara. Un preciso ritual indica la manera de proceder con esos alimentos y con los recipientes que los han contenido, siendo costumbre tener una vajilla especial para usarla sólo en Pascua.
El séder tiene como objeto primordial revivir y hacer comprender a los niños el hecho milagroso de que fueron protagonistas los antepasados judíos. Por eso el momento culminante es cuando casi al comienzo de la Agadá el más pequeño de la casa (o en su defecto la mujer) hace la pregunta: "¿Por qué esta noche es diferente de todas las otras noches?".
Para la cena se prepara un plato en el que se ponen varios alimentos que deben consumirse en el séder y que simbolizan las penalidades y sufrimientos de los judíos en Egipto así como la intervención milagrosa de Dios a favor de su pueblo; a saber:
- Tres panes ácimos (masot) , puestos uno encima del otro, que son el símbolo de los tres sectores del pueblo judío: sacerdotes, levitas y el resto del pueblo.
- Verduras amargas (maror) , como lechuga, endivia, rábanos picantes, berros, etc., que son el símbolo de la amargura de la esclavitud.
- Una pasta (jaróset) hecha con frutos secos, canela, miel, manzana y vino: recuerda el mortero con que se hicieron las construcciones para el faraón de Egipto.
- Un trozo de brazo (zeroa) de cordero, que representa el brazo tendido de Dios que liberó a los hijos de Israel de la esclavitud.
- Apio (karpás), la primera hierba amarga, que se moja en un recipiente con vinagre o agua salada.
- Un huevo (besá) cocido, comida propia de luto, que simboliza la fugacidad de lo terreno y alude al dolor por la destrucción del templo de Jerusalén.
- Un recipiente con agua salada o vinagre para mojar el karpás, que recuerda las aguas del mar Rojo que hubieron de atravesar los israelitas en su huida.
Durante la celebración cada uno de los comensales debe tener un Agadá, libro que contiene la Agadá o relato del éxodo que contiene elementos narrativos y folclóricos, y se lee durante la cena; es en realidad un manual para el séder que contiene el texto hebreo y frecuentemente se traduce a otras lenguas.
Durante la cena se bendicen y se consumen cuatro copas de vino, cuyo significado explican la Biblia y el Talmud. Una de ellas se refiere a la promesa de redención divina a Israel expresada en cuatro verbos en primera persona (Ex 6, 6-7) ". os sacaré. os libraré. os redimiré. os tomaré". En la Torá se prevé una quinta copa para el profeta Elías, presente en todas las celebraciones judías, y que se consumirá si alguien ajeno a la familia, se uniese a la celebración, símbolo de la hospitalidad que debe reinar en todo hogar judío, en especial en esta celebración.
En el norte de África, especialmente en Marruecos, se celebraba (la séptima noche de Pésaj), la Mimuna, fiesta con distintas interpretaciones como la que indica que se conmemora el fallecimiento del padre de Maimónides, rabí Maimón, aunque la explicación más aceptada es la que supone que la palabra es una deformación de la hebrea emuná (fe). Esta celebración se ha generalizado en el Estado de Israel.
Existen otras fiesta en el calendario judío: Tu-Bisvat (15 del mes Sevat) en la que se conmemora el año nuevo de los árboles, Yon ha-Azmaut y Día de la Independencia , que conmemora la creación del estado de Israel en 1948, Tisá be-Ab (9 de Ab ), fecha en la que se conmemora la destrucción del Templo.

Vida religiosa e intelectual

La religión judía se basa, igual que la cristiana, en el Dios de Abraham. Sin embargo, los judíos esperan aún la llegada del Mesías. El judaísmo se apoya en dos libros fundamentales: La Biblia y el Talmud o compendio de las tradiciones judías.
La vida de los judíos no se distinguía de la de cristianos y musulmanes salvo en sus ritos y costumbres:

El sábado es la fiesta por excelencia. Se suprimen todos los trabajos y se dedica el día a la lectura de la Ley.
Yom Kippur o Fiesta para conseguir el perdón de los pecados cometidos durante el año.
Sukkot o Las Cabañuelas. Conmemora la estancia de los judíos en el desierto al salir de Egipto. Se construye choza con ramas en la que se realizan las principales comidas.
La Pascua. Sus raíces se pierden en el tiempo: era una fiesta de los pastores nómadas unida a otra de carácter agrícola. Posteriormente pasó a conmemorar la liberación de los judíos de la esclavitud egipcia. Se come pan ácimo y verduras amargas.


El Purim. Se conmemora la salvación de los judíos de Persia gracias a la intercesión de la reina Ester. Es una celebración alegre y carnavalesca.
Tisa Beab. Día de ayuno que conmemora la destrucción del templo de Jerusalén.


La comida del Sábado
Ingredientes: Carne gorda, garbanzos, habas, berenjenas, acelgas picadas, cominos, cebollas, patatas, pimienta y sal.
Modo de preparar la adafina: Se pone la carne a cocer en una olla con agua suficiente hasta cubrirla. Cuando rompe el primer hervor se elimina la capa grasa superficial y se añaden los demás ingredientes. Comienza a cocinarse antes de la puesta del sol del viernes y se deja en el horno caliente toda la noche bien tapado para preservar el calor. Se consume al mediodía del Sábado como sopa de primero y la carne y las verduras después. El ama de casa enciende las luces y prepara la mesa con la vajilla nueva.