domingo, 1 de enero de 2012

Encontraron a María y a José, y al niño. Al cumplirse los ocho días, le pusieron por nombre Jesús

Lectura del santo evangelio según san Lucas. (Lc 2,16-21)

En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que les habían dicho de aquel niño. Todos los que lo oían se admiraban de lo que les decían los pastores. Y María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Los pastores se volvieron dando gloria y alabanza a Dios por lo que habían visto y oído; todo como les habían dicho.
Al cumplirse los ocho días, tocaba circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción.

Palabra del Señor.

Santa María Madre de Dios. Ciclo B. Lc 2,16-21

Ensalzamos con esta fiesta la dignidad de la Madre del Salvador. María: Madre de Dios, un hermoso titulo para una mujer muy especial. Al acercarse a comprobar la noticia, los pastores lo encuentran todo tal y como se lo había anunciado previamente el ángel de Dios: un niño envuelto en pañales y acostado en el pesebre; a su lado dos jóvenes: María y José (futuro hogar y escuela de familias creyentes).

Después de la aparición del ángel, seguro que surgirían comentarios de estupefacción y admiración por lo que se había dicho del Niño; había aparecido Gloria de Dios, había nacido el Mesías, el Señor… y estaba delante de aquellos pastores, junto a su Madre, junto a José.

Vela Navidad
Pero resulta impresionante la actitud de María: guardaba y conservaba todas estas cosas en su corazón; no hubo jactancias ni enorgullecimiento, sólo admiración por lo que se decía. La humildad de María queda patente en esta escena. En ninguna ocasión en las que aparece nuestra Madre en los evangelios quiere hacerse notar. Siempre en un segundo puesto, siempre al lado de su Hijo, pero quedando muy claro su lugar: no es ella la Ungida, sino su Madre, no es tampoco la Luz, sino la Madre de la Luz.

Aquellos pastores que habían sido testigos privilegiados y escogidos por Dios para tal acontecimiento seguro que no cabían en su asombro: El Esperado ya estaba entre nosotros; la Salvación había llegado al mundo… Ante tal acontecimiento sólo les quedaba la adoración a Dios que había hecho realidad sus promesas.

Y nuevamente, como narra el final del evangelio, cumplen con lo prescrito por la Ley de Moisés: la circuncisión, símbolo de la alianza de Dios con su pueblo. Era el momento de ratificar lo que el arcángel les había anunciado: Jesús, sería su nombre; Dios habita y salva a su pueblo: Dios estaba en el mundo.

De toda esta escena, me quedo con el silencio de María, que guarda todo en su corazón; quizá aún sin entender nada de lo que estaba sucediendo, como cuando se le presentó Gabriel. Su humilde oración, su respuesta generosa y sin límites hizo posible que Dios se hiciera uno de nosotros. ¡Cómo no tributar este honor hoy a la Madre de Dios!












Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de lo que decían los pastores.Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón. Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido. Ocho días después, llegó el tiempo de circuncidar al niño y se le puso el nombre de Jesús, nombre que le había sido dado por el Ángel antes de su concepción (Lc 2, 16-21).





















Jesús es nuestra máxima bendición y garantía de que Dios esta presente entre nosotros; y bien podía haber venido a nosotros de muchas maneras, pero quiso ser "nacido de una mujer". Aparece, así, la figura de la Virgen María por cuya maternidad quiso mostrarnos su amor, su gracia y su misericordia.














SANTA MARÍA MADRE DE DIOS. Pbro. Lic. José Luis Aguilera Cruz aguileracruz@yahoo.com.mx

"Y encontraron a María"

INICIAMOS EL 2012.

Cuando Dios en su infinita bondad y sabiduría pensó enviarnos un salvador, pensó en que viniera como un niño normal, lo más parecido a nosotros, y así es como generalmente Dios actúa, aunque él puede irrumpir en la naturaleza y hacer las cosas como él quiera, pero generalmente no es así, él deja que todo se desarrolle de lo más normal, y al inicio de la historia de la salvación de Dios por la historia de pecado del ser humano, él pensó en enviarnos a Jesús, su hijo, por medio de María su hija consentida a la que llenó de gracia, así también al inicio de este año que para muchos es maldito, ella, la del buen inicio está presente en el primer día de este año, para que en lugar de temer, pensemos que "lo que bien inicia, bien acaba".

MARÍA MADRE DE DIOS.

La fiesta con la que iniciamos este año nos recuerda que el ser humano no está dividido, aunque sabemos que tenemos cuerpo y alma, formamos una sola persona (catecismo de la Iglesia Católica 362-365), y a nuestros padres no les decimos "eres papá de mi cuerpo", simplemente decimos papá o mamá; así como sucede en nosotros, así sucede en Cristo, él tiene la naturaleza divina y la naturaleza humana, el verbo eterno, asumió la naturaleza humana (CIC 461), el verbo se hizo carne (Jn 1, 14), es verdadero Dios y verdadero hombre, (CIC 464), por eso decimos que María al ser la madre de Jesús, es la madre de Dios, es una verdad de la Iglesia que viene desde el concilio de Éfeso en el 431, por la concepción humana del Hijo de Dios en su seno.

LA BUENA MADRE.

Las lecturas de este domingo nos iluminan para la fiesta que estamos celebrando, "Dios envió a su hijo, nacido de una mujer" Gál, 4, 4, y como buena madre está con el hijo en todo momento sobre todo en los momentos de la infancia, en los que ella tiene un papel protagónico por el bebé, en el evangelio de este domingo primero del año y en el primer día del año, los pastores después del maravilloso milagro que vieron y de la noticia que por esa aparición vieron, fueron a buscar al niño anunciado por el ángel esa noche y dice nuestro texto que "encontraron a María, a José y al niño recostado en el pesebre" Lc 2, 16, María con el niño, como buena madre, y estará hasta el final, incluso cuando todos los seguidores de Jesús lo abandonen, ella estará al pie de la cruz (Jn 19, 25).

MADRE DE JESÚS Y NUESTRA.

Fue voluntad del buen Padre Dios enviar a Jesús el sol de Justicia por medio de María la alborada de la salvación, no se puede pensar en Jesús sin María, sin su "Hágase en mí según tu palabra" Lc 1, 38; ella es la imagen de la humanidad abierta a la salvación, ella es la primera salvada, ella es la primera creyente en su hijo Jesucristo, ella conservaba todas las cosas que sucedieron "en su corazón" Lc 2, 19 y nadie como ella, ella es la primera predicadora de la navidad, incluso es la primera que vive la navidad, José vive esa navidad con ella, pero llegó tarde, ella lo vive desde el primer instante, por eso a ella la iglesia entera se acoge a su maternal amor e intercesión, para que nos enseñe a ser verdaderos hijos del Padre, verdaderos discípulos de Cristo su hijo, y verdaderos templos del Espíritu, que le cubrió con su sombra.