
A. G. / Burgos


Entre estos detalles de ambiente y los elegantes uniformes de época, se mascaba la Historia. Y es que los miembros de la Asociación de Amigos del Museo Militar de Burgos se pusieron las ropas del Regimiento de Infantería de Burgos y los de la Asociación de Amigos del Museo de Historia Militar de Valencia, la de los granaderos del Regimiento de Infantería de Valencia y las de los franceses. No faltaba detalle. Por la tarde, además, se realizó una retreta nocturna que recreó la actividad de las tropas que iban recogiendo a los soldados que se quedaban rezagados por las tabernas para llevarlos a los cuarteles.
Tal fue la intensidad del evento matutino que hasta las palabras que dirigió Aparicio a los presentes resultaron más enardecidas que de costumbre: «Aquellos años fueron durísimos, difíciles y dejaron una inolvidable huella en Burgos que, no en vano, fue pionera y precursora de esa revolución de identidad, de ese destino de preservar a España tal y como la conocemos».
Sus palabras no desmerecieron las dedicatorias que pueden leerse a los pies del mural: «(...) a los que lucharon sobre el suelo de nuestra provincia o lejos de ella siendo sus hijos por la independencia de toda la nación». «A los paisanos anónimos que abandonaron todo para luchar contra el tirano junto a los jefes guerrilleros (...)».