La pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán se encuentra en la Iglesia del Monasterio de Santo Domingo el Real, de las MM. Dominicas, situado en la calle Claudio Coello, nº 112, de Madrid.
El Monasterio es un sencillo edificio de ladrillo rojo, que comenzó a construirse en 1879 por el arquitecto Vicente Carrasco, en solares que ya habían pertenecido a la comunidad y que había comprado Don Francisco Maroto. Se inauguró este nuevo Monasterio en 1882. En la guerra civil de 1936 fue muy maltratado, por lo que fue restaurado en 1943.
El primer Monasterio de Santo Domingo el Real, fue edificado en 1218, en la actual Plaza de Santo Domingo, en el centro de la zona antigua de la ciudad y cercano al Palacio Real.
Fue fundado por Santo Domingo de Guzmán, contribuyendo personalmente a su edificación. Durante siglos fue objeto de devoción, de cuantiosas donaciones y de privilegios, por parte de devotos, nobles, monarcas y papas.
Las crónicas, anales dominicanos y las historias de la villa de Madrid nos hablan del esplendor y magnificencia alcanzados en sus distintas épocas.
Ese monasterio fue demolido en 1870, ocasionando daños, dispersión y pérdida de obras de arte, documentos, reliquias... que por la devoción y esplendidez de los muchos devotos reunieron a lo largo de 652 años. Algunas de esas obras fueron expropiadas y pasaron a museos y archivos. Otras desaparecieron, pasaron a manos de particulares o fueron destruidas por distintas circunstancias históricas.
Entre las reliquias conservadas se encuentra la PILA BAUTISMAL DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN.
Santo Domingo nació en 1170 en Caleruega, Burgos. Fundó en 1216 la Orden de Predicadores, también llamada Dominicos, y formada por frailes, monjas, religiosas y seglares. Murió en 1221 en Bolonia, Italia, donde reposan sus restos.
Pertenecía esta Pila a la iglesia parroquial de la villa de Caleruega, donde fue bautizado Santo Domingo. Al ser declarado santo en 1234, por el papa Gregorio IX, comenzó a venerarse como reliquia.
La Pila es de piedra blanca no tallada y se halla cubierta en gran parte de plata con adornos dorados, algunos de oro, que ostentan las armas reales y escudos de la Orden.
Como curiosidad podemos señalar que en la Catedral de Palencia, en un nicho de la capilla de San Jerónimo, cubierto con una reja, se conserva un trozo de piedra de dicha Pila bautismal.
Fue Felipe III (1578-1621) quien en 1605, llevó la Pila de Caleruega a Valladolid para bautizar a su hijo Felipe IV. Posteriormente sería trasladada a Madrid y depositada en este Monasterio de Santo Domingo el Real de las MM. Dominicas.
Desde entonces los herederos de los Reyes de España, han cumplido con el rito de ser bautizados en la Pila en la cual fue bautizado Santo Domingo de Guzmán.
No ha sido bautizado en ella el Rey Juan Carlos, al haber nacido en Roma. Sí lo han sido sus hijos, las Infantas Elena y Cristina y, el Príncipe de Asturias, Don Felipe. Posteriormente los infantes eran presentados y ofrecidos a la Virgen de Atocha, Patrona Real de Madrid.
Para el bautizo, la Pila de Santo Domingo se traslada al lugar o palacio correspondiente, siendo devuelta después. Se conserva la documentación de sus diversas salidas del Monasterio.
El Monasterio es un sencillo edificio de ladrillo rojo, que comenzó a construirse en 1879 por el arquitecto Vicente Carrasco, en solares que ya habían pertenecido a la comunidad y que había comprado Don Francisco Maroto. Se inauguró este nuevo Monasterio en 1882. En la guerra civil de 1936 fue muy maltratado, por lo que fue restaurado en 1943.
El primer Monasterio de Santo Domingo el Real, fue edificado en 1218, en la actual Plaza de Santo Domingo, en el centro de la zona antigua de la ciudad y cercano al Palacio Real.
Fue fundado por Santo Domingo de Guzmán, contribuyendo personalmente a su edificación. Durante siglos fue objeto de devoción, de cuantiosas donaciones y de privilegios, por parte de devotos, nobles, monarcas y papas.
Las crónicas, anales dominicanos y las historias de la villa de Madrid nos hablan del esplendor y magnificencia alcanzados en sus distintas épocas.
Ese monasterio fue demolido en 1870, ocasionando daños, dispersión y pérdida de obras de arte, documentos, reliquias... que por la devoción y esplendidez de los muchos devotos reunieron a lo largo de 652 años. Algunas de esas obras fueron expropiadas y pasaron a museos y archivos. Otras desaparecieron, pasaron a manos de particulares o fueron destruidas por distintas circunstancias históricas.
Entre las reliquias conservadas se encuentra la PILA BAUTISMAL DE SANTO DOMINGO DE GUZMÁN.
Santo Domingo nació en 1170 en Caleruega, Burgos. Fundó en 1216 la Orden de Predicadores, también llamada Dominicos, y formada por frailes, monjas, religiosas y seglares. Murió en 1221 en Bolonia, Italia, donde reposan sus restos.
Pertenecía esta Pila a la iglesia parroquial de la villa de Caleruega, donde fue bautizado Santo Domingo. Al ser declarado santo en 1234, por el papa Gregorio IX, comenzó a venerarse como reliquia.
La Pila es de piedra blanca no tallada y se halla cubierta en gran parte de plata con adornos dorados, algunos de oro, que ostentan las armas reales y escudos de la Orden.
Como curiosidad podemos señalar que en la Catedral de Palencia, en un nicho de la capilla de San Jerónimo, cubierto con una reja, se conserva un trozo de piedra de dicha Pila bautismal.
Fue Felipe III (1578-1621) quien en 1605, llevó la Pila de Caleruega a Valladolid para bautizar a su hijo Felipe IV. Posteriormente sería trasladada a Madrid y depositada en este Monasterio de Santo Domingo el Real de las MM. Dominicas.
Desde entonces los herederos de los Reyes de España, han cumplido con el rito de ser bautizados en la Pila en la cual fue bautizado Santo Domingo de Guzmán.
No ha sido bautizado en ella el Rey Juan Carlos, al haber nacido en Roma. Sí lo han sido sus hijos, las Infantas Elena y Cristina y, el Príncipe de Asturias, Don Felipe. Posteriormente los infantes eran presentados y ofrecidos a la Virgen de Atocha, Patrona Real de Madrid.
Para el bautizo, la Pila de Santo Domingo se traslada al lugar o palacio correspondiente, siendo devuelta después. Se conserva la documentación de sus diversas salidas del Monasterio.