viernes, 8 de mayo de 2009

Mayo, Mes de María



María, siempre nuestra dulce intersesora y abogada...

Modelo máximo de vida para todos los que la amamos y veneramos.

Poseedora de un caudal infinito de amor en su corazón.

Paciente y dócil. Vigilante en la oración y jubilosa en la alabanza.

Mujer de paz y siempre solìcita al Mandato Divino.

Es Virgen fiel y obediente a la voluntad del Padre.

En satisfacción a su generosa entrega, como privilegio a ese SI-FIAT ante Dios, se convierte en Madre del Salvador y verdadera Madre de todos los hombres...

Como Madre amantísima, siempre está atenta a las necesidades de sus hijos.

Es Arca de la Alianza (Cuna del Nuevo Pacto o Plan Salvífico de Dios para con los hombres) al acoger en Su Seno con libre consentimiento al Salvador del Mundo y único mediador ante Dios.

Con su entrega voluntaria se hace partìcipe directa en el Plan de la Redención.

Resplandece como Reina del Cielo e intercede como Madre y Abogada nuestra.

Ella, siempre motivada por su inmenso amor maternal...

Poseedora del Don natural y gratuito de poder amar sin medida, intercede y aboga ante el Padre y el Hijo.

Implora y prepara la acción del Santo Espíritu en nosotros...

Intercede, siempre respetuosa, a obedecer los designios (desiciones) de la Visión Beatífica (Favor y Voluntad del Padre).

Además de haberla heredado como Madre, nos ha dejado el ejèmplo a seguir para vivir en El Espíritu Santo: Amar a Dios en Espìritu y Verdad...

Fue El Espíritu Santo quien engrandeció Su amor y la caridad infinita de Su corazón al aceptar de labios de Su Hijo amado aquella petición, como último deseo: Dejarle la Misión de Madre...

Maternidad que representa en Juan, Su discípulo amado:"He allí a Tu hijo..."

Ella, Madre de la Humanidad y Juan, representante de todo el género humano: "He allí a tu Madre" María, Madre de La Iglesia, nuestro Modelo de Fe, Inmaculada Siempre Virgen María...

"Gracias Madre, porque siempre estas cerca para guiarnos...

Gracias, porque dulcemente nos guardas en tu Sagrado Corazón...

Gracias porque podemos llamarte Madre....

Eres nuestra esperanza y consuelo, nuestro dulce ejemplo...

Enseñanos a nosotros a decir, humildemente, AMÉN...




Reflexionar en las principales virtudes de la Virgen María.

María era una mujer de profunda vida de oración, vivía siempre cerca de Dios.

Era una mujer humilde, es decir, sencilla; era generosa, se olvidaba de sí misma para darse a los demás; tenía gran caridad, amaba y ayudaba a todos por igual; era servicial, atendía a José y a Jesús con amor; vivía con alegría; era paciente con su familia; sabía aceptar la voluntad de Dios en su vida.






Bonita presentación sobre la Virgen María.