martes, 28 de diciembre de 2010

Día de los Santos Inocentes

El Día de los Santos Inocentes es la conmemoración de un episodio histórico o hagiográfico del cristianismo: la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén (Judea), ordenada por el rey Herodes con el fin de deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret.

La iglesia católica recuerda este acontecimiento el 28 de diciembre, aunque de acuerdo con los Evangelios, la matanza debería haber sucedido después de la visita de los Reyes Magos al rey Herodes (uno o dos días antes del 6 de enero), aunque también la fecha de la adoración de los Reyes Magos a Jesús no tiene una fecha dada exactamente en las escrituras, que sin embargo citan dicha visita.

Conmemoración, bromas e inocentadas

En Hispanoamérica y en partes de España, este día se festeja el 28 de diciembre. Es costumbre realizar bromas de toda índole. Los medios de comunicación hacen bromas o tergiversan su contenido de tal modo que la información parezca real. Se trata de una libertad que se dan los agentes mediáticos para dar rienda suelta a su sentido del humor, oportunidad que solamente tienen una vez al año. Es tradición que los periódicos publiquen páginas enteras de noticias cómicas, con la advertencia de que es día de los inocentes, que van desde las que son una obvia mofa a cualquier suceso reciente, hasta las que parecen serias y engañan al lector desprevenido.

En algunas zonas de América es importante no prestar ningún bien, sea objeto o dinero, pues el prestatario es libre de apropiarse de los bienes. Este tipo de festejo ha venido a menos en años recientes y ya no es usual que la gente pida prestado con la esperanza de que el prestador no recuerde la fecha y se le pueda hacer mofa con la muy popular frase: «Inocente palomita que te dejaste engañar» o su versión ampliada: «Inocente palomita que te dejaste engañar, sabiendo que en este día nada se puede prestar».

Influencia pagana

En sus inicios esta celebración tuvo un carácter estrictamente religioso. Sin embargo, con el pasar del tiempo, otros elementos de carácter pagano fueron incorporados a ella. Se conoce por ejemplo, que en la Edad Media se celebraban con mucho bullicio y desorden en algunos lugares de Europa, la “Fiesta de los Locos” y la “Fiesta del Asno”. En la primera, se pretendía hacer una sátira mordaz del clero y para ello se elegía un obispo y en algunos casos, un papa de los locos. Estos personajes precedían todo un “carnaval” en el que la gente se enmascaraba o disfrazaba del modo más extravagante y ridículo, adoptando en muchos casos actitudes obscenas. Con frecuencia se observaban también personajes paganos como Baco (dios del vino), que desnudo, dirigía un carro tirado por un centauro macho y un centauro hembra también sin ropas.

En la “Fiesta del Asno” se realizaba también una ceremonia de carácter escandaloso en la que sus participantes, ingresaban al templo con gran jolgorio para ejecutar todo tipo de sátiras con el fin de poner en ridículo a los clérigos. La figura central era un asno revestido con hábitos sacerdotales al que dirigían hasta el coro para cantarle lo que se conocía como la “prosa del asno”.

Tanto la Fiesta del Asno como la Fiesta de los Locos, se celebraban entre los últimos días de diciembre y los primeros días de enero. Con el pasar del tiempo, llegaron a prohibirse por las autoridades eclesiásticas por los excesos que en ellas se cometían. Pese a ello, muchas de las costumbres presentes en estas fechas permanecieron y se las relacionaron con la fiesta de los “Santos Inocentes”

Bromas, sátiras y mascaradas

En nuestro medio, la tradición de celebrar la fiesta de los “Santos Inocentes” con sátiras y bromas, persiste desde tiempos de la colonia. La palabra “inocente” en este contexto, se refiere a alguien no tanto libre de culpa, sino más bien a alguien cándido y fácil de engañar. De allí que el sentido religioso de la fiesta se haya desvirtuado y que en esta fecha, se busque más bien poner en evidencia la inocencia de la gente a través de bromas y tomaduras de pelo, las mismas que se empiezan a realizar el 28 de diciembre y culminan el 6 de enero.

En Ecuador esta es una fiesta que a nivel nacional, se la celebra mas o menos en la misma forma en las principales ciudades: con mascaradas y sátiras.

En Cuenca, la fiesta de los Santos Inocentes presenta un particular interés por el entusiasmo con el que sus habitantes la celebran. El 6 de enero de todos los años, mucha gente de esta ciudad sale a las calles con todo tipo de disfraces. En la tarde de ese mismo día, se organizan comparsas (grupos de teatro popular) en un desfile de grandes proporciones en el que se satiriza los hechos y personajes más sobresalientes del año anterior. Existen clubes que se encargan año a año de la organización de estas comparsas para premiar al grupo más original y creativo.