domingo, 9 de mayo de 2010

El Espíritu Santo crea comunión de fe y amor

Un tema importante en las lecturas de este domingo es el Espíritu Santo. El Espíritu es la persona de la Santísima Trinidad que está presente en el tiempo de la Iglesia. Tiene la misión principal de contribuir a la comunión de los hombres. El Espíritu crea comunión de fe y amor.

1º En la primera lectura podemos ver: "Hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros más cargas de las indispensables".

Es que en la primera Iglesia se planteó un conflicto que provocó el Concilio de Jerusalén. El conflicto se podría expresar del siguiente modo: entre los primeros cristianos había algunos que procedían del judaísmo y otros que procedían de la gentilidad. Los judíos querían seguir manteniendo el cumplimiento de la ley de Moisés, querían conservar la circuncisión como señal de pertenencia al pueblo de Dios, cosa que no acababan de aceptar los que provenían del ambiente gentil.

El primer concilio decidió que no era necesario estar circuncidado para pertenecer al Nuevo Pueblo de Dios. Este "conflicto" es expresión de una comunidad plural, en donde no hay una uniformidad total en sus miembros, si no que hay diferentes puntos de vista; pero en la que hay comunión. Antes que las propias convicciones o la ley antigua, triunfa el Espíritu.

Mención aparte habría que hacer para lo que sí consideraron una carga imprescindible de soportar, que fue lo siguiente: no a la idolatría, no a la fornicación y no a comer carne ofrecida a otros dioses, por respeto ante quien se pudiera escandalizar.

Otra mención decisiva para al Iglesia, que estaba en el trasfondo de ese conflicto, es que los apóstoles vieron claramente que el Evangelio estaba destinado a todos, no solo al pueblo judío. Quizá este era el tema clave y no los otros, más anecdóticos.

2º En el texto del evangelio se dice: "El que me ama guardará mi palabra. El Espíritu Santo os lo irá recordando todo".

El amor cumple la ley. "Quien me ama, guardará mis mandamientos", dice Jesús en otro momento de este discurso de despedida, que relata Juan. Pero resulta que quien ama no sólo cumple los mandamientos, sino que su amor le lleva mucho mas largo, "ama y haz lo que quieras" - decía San Agustín -. El amor cumple la ley entera, guarda la palabra de Jesús. Y para guardar todo lo que Jesucristo ha dicho, tenemos al Espíritu Santo que nos lo irá recordando todo.

El Espíritu Santo crea comunión porque hace posible una auténtica fe en diversidad de opiniones y porque hace posible el amor, recordándonos todo lo que Jesucristo dijo.

3º Celebramos hoy la Pascua del enfermo: "Dando vida, sembrando esperanza" – 25 años del día del enfermo – Se nos invita a pedir por ellos y a saber acompañarlos en sus necesidades.

Quizá podamos ver la enfermedad como una limitación o una fuente de sufrimientos, a veces innecesarios. Desde la perspectiva de las lecturas de hoy podíamos decir de la enfermedad lo mismo que decimos del Espíritu. Los enfermos crean comunión entre las personas cercanas, ayudan a unirse en torno a ellos, a quienes nos situamos ante la vida con distintas ideas políticas o religiosas. Quizá es una de las lecciones que podemos aprender de los enfermos, además de la debilidad de la vida, la necesidad de la mutua dependencia, la importancia de la salud, la necesidad de comprensión... Los enfermos nos ayudan a hacer concreto nuestro amor ante sus necesidades.

Os pongo la oración de esta campaña:

María, Madre Inmaculada,

tu sí incondicional al Padre

nos regaló al Salvador,

fuente de vida y de plenitud.



Acudimos a ti,

desde lo más hondo de la vida,

y encomendamos a tu maternal sensibilidad

a quienes están viviendo el tiempo

amargo de la enfermedad,

y a quienes cuidan, curan y acompañan.



María, Madre de esperanza,

levanta a los que se encuentran postrados y sin aliento,

infunde calor de vida en quienes

han perdido la ilusión,

acompaña a cuantos sufren la soledad.



Que encuentren Gracia en la desgracia,

salud en la enfermedad,

compañía en la soledad,

paz y serenidad en la angustia,

luz y sentido en las preguntas sin respuesta.



Que nunca les falte un corazón

que escucha, comprende, alivia y acompaña.

Amén.


Jesús y el Padre vendrán a nosotros

La Pascua sigue adelante. Y hoy los textos litúrgicos son especialmente hermosos. Desde el relato de los Hechos de los Apóstoles hasta el Evangelio, pasando por el anuncio en el libro del Apocalipsis de la bajada de la Jerusalén Celestial. En el Evangelio Jesús nos promete la llegada del Espíritu Santo. Nos acercamos, pues, a la Ascensión y a Pentecostés, con lo que terminaremos el tiempo de Pascua. Pero la promesa emocionante de este domingo es que, si creemos, Jesús y el Padre vendrán a nosotros. Esa teofanía personal e intransferible para cada uno es prueba del gran amor divino y seguro de salvación.















Con imágenes del sevillano barrio de Santa Cruz, meditación de Juan Segura en el sexto domingo de Pascua para www.elcantarodesicar.com















6º DOMINGO DE PASCUA. Pbro. Lic. José Luis Aguilera Cruz aguileracruz@yahoo.com.mx

El que me ama cumplirá mi palabra

DIOS TRINO, PRESENTE.

En la lectura del evangelio de este domingo (Jn 14, 23-29), encontramos en el primer párrafo del texto mencionadas las tres personas de la Santísima Trinidad: Jesús asegura que el Padre ama a quien cumple la palabra de Jesús v. 23, es más en este mismo verso Jesús asegura la unidad que existe entre él y su Padre, Jesús dice: Vendremos (el Padre y Él) a él y haremos en él nuestra morada v. 23; Jesús asegura que las palabras que él pronuncia son del Padre mismo v. 24, pero de repente Jesús habla del Espíritu Santo, dice que este Espíritu lo envía el Padre en nombre de Jesús, dice así: El Espíritu Santo que mi Padre les enviará en mi nombre... v. 26. Al inicio de la pascua una de las lecturas del evangelio nos decía que el Espíritu daba la posibilidad del perdón de los pecados, ahora dice que el Espíritu Santo Les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he enseñado v. 26b.

EL AMOR A JESÚS INCLUYE...(1)

Además de que en un texto tan antiguo como la Iglesia se mencione a la Santísima Trinidad y esto es realmente impresionante, porque nos dice que la fe que hoy tenemos es la fe que la Iglesia del siglo I tenía en su corazón, por lo tanto es la misma, además de esto, resulta que si se trata de seguir el sentimiento de el apóstol Pedro que le dijo a Jesús Señor, ¿A quién vamos a ir? Sólo tú tienes palabras de vida eterna (Jn 6, 68), si hemos de escuchar su palabra, si hemos de seguir su palabra, si hemos de tener la Palabra de Dios como meta de nuestra vida, lo que nos debe unir a esta palabra es el amor a Jesús, si amamos a Jesús escucharemos y haremos caso de su palabra Jn 14, 23; y lo contrario si no nos une el amor a Jesús, no escucharemos su palabra. Uno puede leer un libro y simpatizarle el autor, pero de eso a amarlo hay un abismo, pero entre Jesús y sus oyentes sean antiguos o actuales, lo que los une es el amor.

EL AMOR A JESÚS INCLUYE...(2)

Además de que el amor a Jesús incluye el amor a su palabra, también incluye dice nuestro texto dominical: la alegría de que Jesús se vaya al Padre, creo que podemos hace extensiva esta idea, el amor a Jesús incluiría también que cuando alguien ya en estado de gracia después de haber recibido todos los auxilios espirituales, se va a la casa del Padre a una de esas tantas habitaciones que dijo Jesús que tiene la casa del Padre para indicar que la salvación es una posibilidad para muchos. En otras palabras la muerte ya está vencida por Jesús, por lo tanto ya no es para ser temida, la muerte es sólo un paso para llegar a la vida plena, la vida eterna. La muerte de alguien que creyó en Jesús debería ser aquí entre nosotros día de fiesta. día de transición a los brazos del Padre.

NO SE ACOBARDEN.

La fe en ese Dios que es Padre, Hijo vivo y resucitado y Espíritu Santo, nos lleva a relacionarnos de persona a persona entre Jesús y nosotros, pero entre personas que se aman, que no se trata de un Dios que ordena y unos súbditos que obedecen sino de amigos que se entienden porque entre ellos circula el amor, de modo que el triunfo de uno alegra al amigo como su propio triunfo, toda esta frescura de las consecuencias de que Cristo haya resucitado se traduce en las palabras que nos dice Jesús en este evangelio: No pierdan la paz ni se acobarden v. 27. Si Cristo ha resucitado debe resucitar el amor, la confianza, es lo natural de los hijos de Dios, mira tu corazón ¿te hace falta el resucitado dentro de ti? O ¿ya vives este optimismo del resucitado?