miércoles, 25 de febrero de 2009

Miércoles de Ceniza

El miércoles de ceniza se abre una estación espiritual particularmente relevante para todo cristiano que quiera prepararse dignamente para la preparación del misterio pascual, o sea, el recuerdo de la Pasión, Muerte y Resurrección del Señor.

Este tiempo vigoroso del Año Litúrgico se caracteriza por el mensaje bíblico que puede ser resumido en una sola palabra: "matanoeiete", es decir "Convertíos". Este imperativo es propuesto a la mente de los fieles mediante el rito austero de la imposición de ceniza, el cual, con las palabras "Convertíos y creed en el Evangelio" y con la expresión "Acuérdate que eres polvo y al polvo volverás", invita a todos a reflexionar acerca del deber de la conversión, recordando la inexorable caducidad y efímera fragilidad de la vida humana, sujeta a la muerte.

La sugestiva ceremonia de la Ceniza eleva nuestras mentes a la realidad eterna que no pasa jamás, a Dios; principio y fin, alfa y omega de nuestra existencia. La conversión no es, en efecto, sino un volver a Dios, valorando las realidades terrenales bajo la luz indefectible de su verdad. Una valoración que implica una conciencia cada vez más diáfana del hecho de que estamos de paso en este fatigoso itinerario sobre la tierra, y que nos impulsa y estimula a trabajar hasta el final, a fin de que el Reino de Dios se instaure dentro de nosotros y triunfe su justicia.

Sinónimo de "conversión" es así mismo la palabra "penitencia"... Penitencia como cambio de mentalidad. Penitencia como expresión de libre y positivo esfuerzo en el seguimiento de Cristo.

Juan Pablo II, Discurso del 16-2-1983

Prácticas del Miércoles de Ceniza

El Miércoles de Ceniza la Iglesia procura marcar el inicio de la Cuaresma recordándonos a los cristianos que somos creaturas, que esta vida es tan sólo una preparación y que nuestro verdadero destino es llegar a Dios en la vida eterna. Por lo tanto ese Miércoles recomienda hacer penitencia guardando el ayuno y absteniéndose de comer carne, procurando confesarse y participando en la liturgia de la imposición de la ceniza.



martes, 24 de febrero de 2009

El Entierro de la Sardina

El origen del Entierro de la Sardina comienza a celebrarse sobre la mitad del siglo XIX, en que un grupo de estudiantes de Madrid, reunidos en la Farmacia de San Antón, resolvieron realizar un cortejo fúnebre presidido por una sardina, simbolizando el ayuno y la abstinencia, para así revivir el festejo carnavalesco que se celebraba en Madrid el Miércoles de Ceniza.

Si bien se ha explicado el origen de esta fiesta a mediados del S. XIX, consideran que en sus orígenes, al iniciar la Cuaresma se acostumbraba a enterrar un costillar de cerdo (al que denominaban sardina), significando la prohibición de comer carne.

Otros investigadores opinan que el Entierro de la Sardina se realizaba para lograr abundante pesca.

Este Entierro de la Sardina representa el triunfo de don Carnal sobre doña Cuaresma. Es una fiesta pagana que se celebra en Murcia, el sábado siguiente al Domingo de Resurrección.

El Entierro de la Sardina es una fiesta murciana por excelencia. Fue declarada de Interés Turístico Internacional.

En Madrid, termina con las celebraciones de las Carnestolendas. Este entierro en Madrid, se hace arrojando la sardina al mar, despidiendo así a Don Carnal y recibiendo a Doña Cuaresma, para usar las denominaciones que realiza el Arcipreste de Hita, de estas alegorías.

También en Vigo se realiza esta fiesta, acompañando al cortejo de la sardina, numerosas comparsas, disfrazados, carrozas, y hasta viudas desconsoladas, que hacen un pintoresco cuadro de despedida del carnaval.

Esta celebración se ha difundido por toda España, y hasta en países de América, que heredaron esta costumbre.

lunes, 23 de febrero de 2009

Batalla de Don Carnal y Doña Cuaresma "De la Pelea que tuvo Don Carnal con la Cuaresma"


Arcipreste de Hita
Libro de Buen Amor. (Estrofas 1067-1172)
Versión moderna de María Brey Mariño.
Editorial Castalia. Colección “Odres Nuevos”.



Acercándose viene un tiempo de Dios, santo;
fuime para mi tierra a descansar un cuanto,
de entonces a ocho días era Cuaresma, tanto
que puso por él mundo gran miedo y gran espanto.


Estando yo en la mesa con don Jueves Lardero,
entregóme dos cartas un rápido trotero;
diré lo que decían, mas no lo haré ligero
pues las cartas, leídas, devolví al mensajero.


De mí, Santa Cuaresma, sierva del Criador
y por Dios enviada a todo pecador,
a todos arciprestes y curas sin amor
salud en Jesucristo, hasta Pascua Mayor.


Sabed que me dijeron que, hace cerca de un año,
se muestra don Carnal muy sañudo y huraño,
devastando mis tierras, haciendo muy gran daño,
vertiendo mucha sangre; con disgusto me extraño.


Y por esta razón, en virtud de obediencia,
os mando firmemente, so pena de sentencia,
que por mí, por mi Ayuno y por mi Penitencia,
vos le desafiéis con mi carta de creencia.


Decidle sin rodeos que de hoy en siete días,
la mi persona misma, con las mis compañías,
iremos a luchar con él y sus porfías;
temo no se detenga en sus carnicerías.


Devolved al trotero la carta ya leída;
que la muestre a la gente, no la lleve escondida;
que no digan después que no fue conocida.
Fechada en Castro Urdiales y en Burgos recibida.


Otra carta traía abierta y bien sellada,
na concha muy grande de la carta colgada,
que era el sello usual de la dama nombrada;
la nota es la que sigue, a don Carnal mandada:


De mi, doña Cuaresma, justicia de la mar,
alguacil de las almas que se habrán de salvar,
a ti, Carnal goloso, que nunca te has de hartar,
el Ayuno en mi nombre, te va a desafiar.


De hoy en siete días, a ti y a tu mesnada
haré que en campo abierto batalla sea dada;
hasta el Sábado Santo habrá lid continuada,
de muerte o de prisión no tendrás escapada.


Leídas ambas cartas, comprendí lo ordenado,
vi que a mí me tocaba cumplir este mandado
pues no tenía amor ni estaba enamorado;
a mi huésped y a mí nos puso en gran cuidado.


Yo tenía a don Jueves por huésped a mi mesa;
alzóse bien alegre, de lo que no me pesa.
Dijo: -“Yo seré alférez contra la infeliz esa;
yo lucharé con ella, pues me tienta la empresa.”



Después de darme gracias por el mi gran convid,
fuese. Yo escribí carta y al Viernes dije: “Id
a ver a don Carnal, todo esto le decid;
que venga preparado el martes a la lid.”


Las cartas recibidas, don Carnal orgulloso,
mostrábase esforzado, pero estaba medroso;
no quiso dar respuesta y vino presuroso
con una gran mesnada, pues era poderoso.


Amaneciendo el día del plazo señalado,
Ejercito de acudió don Carnal, valiente y esforzado,
de gentes bien armadas muy bien acompañado;
Alejandro, ante ellas, mostraría su agrado.


Puso en las avanzadas muchos buenos peones,
gallinas y perdices, conejos y capones,
ánades y lavancos y gordos ansarones;
allí se ejercitaban, cerca de los tizones.


Traían buenas lanzas de peón delantero,
espetos muy cumplidos, de hierro y de madero,
escudábanse todos con el gran tajadero;
en perfecta comida, ellos vienen primero.


Detrás de los citados, están los ballesteros,
los patos, las cecinas, costillas de carneros,
piernas de puerco fresco, los jamones enteros;
detrás de todos éstos vienen los caballeros.


Las tajadas de vaca; lechones y cabritos
que por allí saltaban y daban grandes gritos.
Luego, los escuderos: muchos quesuelos fritos
que dan con las espuelas a los vinos bien tintos.


Seguía una mesnada nutrida de infanzones:
numerosos faisanes, los lozanos pavones
ricamente adornados, enhiestos sus pendones,
con sus armas extrañas y fuertes guarniciones.


Eran muy bien labradas, templadas y muy finas.
Ollas de puro cobre traen por capellinas;
por adargas, calderas, sartenes y cocinas.
¡Campamento tan rico no tienen las sardinas!


Vinieron muchos gamos y el fuerte jabalí:
-"Señor, en esta guerra, no prescindasde mí,
puesto que muchas veces lidié con don Alí;
soy ducho en el combate y siempre en él valí.


No había terminado de pronunciar su verbo,
cuando he aquí que viene, velocísimo el ciervo.
Dijo: -"Señor, me humillo ante ti, leal siervo;
para poder servirte, ¿no soy acaso ciervo?.


A la revista acude, muy ligera, la liebre;
-"Señor, a la enemiga yo le causaré fiebre
con sarna y con diviesos y haré que no se acuerde
sino de mi pelleja cuando alguno le quiebre."


Vino el chivo montés con corzas y torcazas,
profieriendo bravuras con muchas amenazas
-"Señor -dijo-, si a ella conmigo la entrelazas
no te hará mucho daño, aun con sus espinazas."


Se acercó paso a paso el viejo buey lindero:
-"Señor -dijo-, a pastar me echa hoy el yuguero
porque ya no le sirvo en labranza o sendero
pero te haré servicio con mi carne y mi cuero."


Estaba don Tocino con mucha otra cocina,
tajadillos y lomos, henchida la cocina,
todos muy bien dispuestos para la lid marina.
La Cuaresma, más lenta, demotró ser ladina.


Como es don Carnal muy grande emperador
y tiene por el mundo poder como señor,
as aves y las reses, por respeto y amor,
se presentan humildes, pero tienen temor.


Estaba don Carnal ricamente instalado
en mesa bien provista, sobre opulento estrado;
los juglares, ante él, cual señor venerado;
de todos los manjares estaba bien colmado.


Delante de sí tiene a su alférez humil,
hincada la rodilla, en la mano el barril
con que a menudo toca el son trompeteril;
hablaba mucho el vino, de todos aguacil.


Cuando vino la noche, ya despúes de la cena,
cuando todos tenían la talega bien llena,
para entrar en contienda con el rival serena,
dormidos se quedaron todos enhorabuena.


Esa noche, los gallos miedosos estuvieron,
velaron con espanto, ni un punto se durmieron
lo que no es maravilla, pues sus hembras murieron,
y así, se alborotaron del ruido que oyeron.


Hacia la media noche, en medio de las salas,
entró doña Cuaresma, ¡Señor, Dios, Tú nos valgas!
Dieron voces los gallos y batieron sus alas;
a don Carnal llegaron estas noticias malas.


Como había el buen hombre muy de sobra comido
y, con la mucha carne, mucho vino bebido,
estaba abotargado, estaba adormecido;
por todo el real suena de alarma el alarido.



Todos amodorrados fueron a la pelea:
forman las unidades más ninguno guerrea.
La tropa de la mar bien sus armas menea
y lanzáronse a herir todos, diciendo: -¡Ea!"


El primero de todos que hirió a don Carnal
fue el puerro cuelliblanco, y dejólo muy mal,
le obligó a escupir flema; ésta fue la señal.
Pensó doña Cuaresma que era suyo el real.


Vino luego en su ayuda la salada sardina
que hirió muy reciamente a la gruesa gallina,
se atravesó en su pico ahogándola aína;
después, a don Carnal quebró la capellina.


Vinieron muchas mielgas en esta delantera,
los verdeles y jibias son, del flanco, barrera;
dura está la pelea, de muy mala manera,
caía en cada bando mucha buena mollera.


De parte de Valencia venían las anguilas,
saladas y curadas, en grandes manadillas;
daban a don Carnal por entre las costillas,
las truchas de Alberche dábanle en las mejillas.


Andaba allí el atún, como un bravo león,
encontró a don Tocino, díjole gran baldón;
si no es por la cecina que desvió el perdón,
a don Ladrón le diera en pleno corazón.


De parte de Bayona venían los cazones
que mataron perdices y castraron capones;
desde el río de Henares venían camarones,
hasta el Guadalquivir llegan sus tendejones.


Allí, con los lavancos, lidiaban barbos, peces;
la pescada habla al cerdo: - "¿Do estás que no apareces?
Si vienes ante mí, te haré lo que mereces.
Métete en la Mezquita, no vayas a las preces."


Allí viene la lija, en aquel desbarato,
tiene el cuero muy duro, con mucho garabato;
a costillas y a piernas dábales muy mal rato,
enganchándose en ellas, como si fuera gato.


Acudieron del mar, de pantanos y charcos,
especies muy extrañas y de diversos marcos,
traían armas fuertes y ballestas y arcos:
¡negra lucha fue aquesta, peor que la de Alarcos!


De Santander vinieron las bermejas langostas,
muchas saetas traen en sus aljabas postas,
hacen que don Carnal pague todas las costas;
las plazas, que eran anchas, parecían angostas.


Se había pregonado el año jubileo
y de salvar sus almas todos tienen deseo;
cuantos en el mar viven, venían al torneo;
arenques y besugos vinieron de Bermeo.


Allí andaba la hurta, con muchos combatientes,
derribando y matando las carnosas gentes;
matan a las torcazas las sabogas valientes,
el delfín al buey viejo arrancóle los dientes.


Los sábalos y albures y la noble lamprea,
de Sevilla y Alcántara, entran en la pelea;
sus armas cada uno en don Carnal emplea
no le sirve de nada aflojar la correa.


Muy bravo andaba el sollo, un duro zagalón,
en su mano traía gran maza de trechón;
dio en medio de la frente al puerco y al lechón,
mandó que los salasen con sal de Belinchón.


El pulpo a los pavones no dejaba parar,
ni aun a los faisanes permitía volar,
a cabritos y gamos queríalos ahogar;
con tantas manos, puede con muchos pelear.


Allí luchan las ostras con todos los conejos,
con la liebre combaten los ásperos cangrejos;
de una y otra parte bien baten los pellejos,
de escamas y de sangre van llenos los vallejos.


Allí combate el conde de Laredo, muy fuerte:
el congrio, seco y fresco, que trajo mala suerte
a don Carnal; le acucia y le empuja a la muerte.
Don Carnal esta triste, inconsolable, inerte.


Cobrando algún esfuerzo, levantó su pendón,
valiente y esforzado va contra don Salmón
el cual de Castro Urdiales llegaba a la sazón;
hizo frente el hidalgo, no le dijo que no.


Porfían mucho tiempo, ambos pasan gran pena;
si a don Carnal dejaran, triunfara en la faena,
mas vino contra él la gigante ballena;
abrazóse con él, derribólo en la arena.


Casi toda su tropa estaba ya vencida,
parte de ella muriera, parte se dio a la huida,
pero, aun derrotada, siguió en la acometida;
peleó cuanto pudo, con mano enflaquecida.


Ya conservaba pocas de sus muchas compañas;
el jabalí y el ciervo huyen a las montañas,
le van abandonando las otras alimañas,
las que con él quedaron no valen dos castañas.


Si no es por la cecina con el grueso tocino
-que estaba ya amarillo, pasado y mortecino
y luchar no podía de gordo, sin el vino-,
se encontraría aislado, rodeado y mezquino.


Las mesnada del mar reunióse en tropel,
picando las espuelas, dieron todas en él;
no quisieron matarle, tuvieron pena de él
y, junto con los suyos, le apresan en cordel.


Trajéronles atados, para que no escapasen,
ante la vencedora, antes que se librasen;
mando doña Cuaresma que a don Carnal guardasen
y que a doña Cecina y al tocino colgasen.


Mandó colgarlos altos, a modo de atalaya;
que, para descolgarlos, allí ninguno vaya.
Pronto los ahorcaron en una viga de haya;
el sayón va dicindo: -"Quien tal hizo, tal haya."


Mandó que a Don Carnal custodiase el Ayuno;
cerrado lo tuviesen, no lo vea ninguno
si enfermo no estuviese, o confesor alguno;
que le diesen al día tan sólo manjar uno.


Vino después un fraile, para le convertir,
comenzó a amonestarle, de Dios a departir;
con ello, don Carnal tuvo de qué sentir
y pidió penitencia, con gran arrepentir.


En carta, por escrito, entregó sus pecados,
con sellos de secreto cerrados y sellados;
dijo el fraile que así no eran perdonados
y sobre ello le dijo dichos muy bien pensados.


No se hace penitencia por carta o por escrito
sino por boca misma del pecador contrato;
ni puede, por escrito, ser absuelto el delito;
es menester palabra del confesor bendito.


Ya que de penitencia os he hecho mención,
repetiros quisiera una chica lección:
debemos creer firmes, con pura devocion,
que, por la penitencia, tendremos salvación.


Y si la penitencia es cosa tan preciada,
no debemos, amigos, mantenerla olvidada;
meditar sobre ella es cosa muy loada,
cuanto más persistamos, mayor es la soldada.


Es para mí muy grave de tal cuestión hablar,
es piélago profundo, más que toda la mar;
yo soy rudo y sin ciencia, no quiero aventurar,
tan sólo un poquitillo quisiera conversar.


Sobre el tema que ahora me propongo escribir
tengo un miedo tan grande que no puedo decir;
con mi ciencia, tan poca, poco he de conseguir.
Vuestro saber, señores, mi falta ha de suplir.


Escolar soy muy rudo, no sabio ni doctor;
aprendí y sé muy poco para demostrador
aquello que yo diga, entendedlo mejor,
a vuestras correcciones someto yo mi error.


En el santo Derecho hay gran disputación
sobre si hay penitencia con sólo contrición,
pero, al fin, se establece cómo la confesión
es siempre indispensable, con la satisfacción.


Verdad es todo esto, si el hombre puede hablar,
si tiene vida y tiempo de poderse enmendar,
porque, si esto faltase, bien se puede salvar
por sola contrición, si de más no hay lugar.


Perdonado es por Dios, justiciero cumplido,
más, en cuanto a la Iglesia, que no juzga a escondido,
menester es que haga, por gestos y gemido,
signos de penitencia, de estar arrepentido.


Golpeándose el pecho, manos a Dios alzando,
gimiendo dolorido, muy triste suspirando,
llanto de penitencia de los ojos llorando;
si más hacer no puede, la cabeza inclinando.

Por esto, del Infierno se libra -mal lugar-,
pero en el Purgatorio todo lo ha de pagar;
sufrirá allí el castigo que deba por pecar
por divina indulgencia que lo quiso salvar.


De que tal contrición es penitencia plena
hay en la Santa Iglesia mucha prueba y muy buena;
por contrición y llanto, la Santa Magdalena
perdonada quedó de pecado y de pena.


Nuestro Señor San Pedro, tan santa criatura,
que negó a Jesucristo por miedo y por pavura,
yo sé que lloró lágrimas tristes con amargura,
mas de otra penitencia no habla la Escritura.


El rey don Ezequías, a muerte condenado,
lloró mucho contrito, a la pared tornado;
del Señor, tan piadoso, fue luego perdonado
y quince años de vida gozó aún culpado.


Muchos clérigos simples que son poco letrados,
oyen en penitencia a todos los errados,
sean sus penitentes, sean otros culpados
y a todos los absuelven de todos sus pecados.


En esto yerran mucho; no lo pueden hacer
en lo que no les toca no se han de entrometer:
Si el ciego al ciego enseña el camino a escoger,
en la primera hoya ambos van a caer.


¿Que poder tiene en Roma el juez de Cartagena?
O, ¿qué juzgará en Francia el que juzga en Requena?
No debe meter nadie su hoz en mies ajena,
pues causa injuria y daño, merece mucha pena.


Todos los casos graves, dudosos, agraviados
a Obispos, Arzobispos y mayores Prelados
por el común derecho les son encomendados,
salvo aquellos que al Papa han sido reservados.


Los que son reservados a él, por especiales,
son muchos en derecho; decir cuántos y cuáles
alargaría el cuento en más de dos manuales;
quien quisiere saberlo, vea los Decretales.


Puesto que el Arzobispo, bendito y consagrado,
con el báculo, el palio y mitra muy honrado,
y su pontifical, en tal cosa no ha entrado,
¿por qué el clérigo simple se muestra tan osado?


Los Obispos también, como sus superiores,
se reservan cuestiones en que son oidores
y pueden absolver y ser dispensadores
en casos prohibidos a clérigos menores.


Muchos son los primeros y muchos más son éstos,
quien quiera conocerlos, vea dónde están puestos,
consulte bien los libros, las glosas y los textos;
el estudio a los rudos hace sabios maestros.


Consulte en el Espéculo y en el su Repertorio,
los libros del Ostiense, que son gran parlatorio;
e Inocencio cuarto, un sutil consistorio;
el Rosario de Guido, Novela, Directorio.


Más de cien Decretales, en libros y cuestiones,
con fuertes argumentos, con sutiles razones,
tienen, sobre estos casos, diversas opiniones;
de no ser más extenso no me acuséis, varones.


Vos, don clérigo simple, guardaos de este error;
de parroquiano mío no seáis confesor,
allí donde no os toca no seáis juzgador;
no pequéis por juzgar a ajeno pecador.


Sin poder de Prelado o sin tener licencia
de su clérigo cura, no le deis penitencia;
tampoco le absolváis ni le deis la sentencia,
en casos que no son de vuestra pertenencia.


Según común derecho, aquesta es la verdad;
pero en caso de muerte o gran necesidad,
si no hay otro que pueda darle la sanidad,
sea quien fuere, oid absolved, perdonad.


En caso de peligro, si la muerte arrebata,
podéis ser para todos Arzobispo y, aun Papa;
todo su poderío tenéis bajo la capa,
la gran necesidad todas las cosas tapa.


Mas a estos penitentes les debéis ordenar
que si, antes que mueran aun pudiesen hablar
con quien sea su cura para se confesar,
que lo hagan y cumplan para mejor estar.


Y también ordenad al enfermo doliente
que, sí entonces no muere y si mejor se siente,
de aquellos casos graves a que disteis unguüente
vaya luego a lavarse al río o a la fuente.


Es el Papa, sin duda, la fuente perenal
porque es en todo el mundo Vicario General:
Los ríos son los otros que han pontifical:
Arzobispos, Patriarcas, Obispos, Cardenal.

El fraile sobredicho, de quien ya os he hablado,
buen servidor del Papa y a él muy allegado,
en tan grave ocasión, a don Carnal postrado
bsolvió de la culpa a que estaba ligado.


Después que a don Carnal el fraile ha confesado,
diole esta penitencia: que, por tanto pecado,
comiera cada día un manjar señalado
y nada más comiese, para ser perdonado.


-"El día del domingo, por tu ambición, tendrás
que comer los garbanzos con aceite, no más;
visitarás iglesia, a pasear no irás,
no verás a las gentes ni el mal desearás.


En el día de lunes por tu soberbia mucha,
comerás las arvejas, mas no salmón ni trucha;
irás al rezo de horas, no probarás la lucha
ni moverás pelea, según la tienes ducha.


Por tu gran avaricia, ordénote que el martes
comerás unas migas, sin que mucho te hartes;
el tercio de tu pan comerás, o dos partes,
el resto, para el pobre te encomiendo que apartes.


Espinacas el miércoles comerás, y no espesas,
por tu loca lujuria comerás pocas de ésas;
pues nunca respetaste casadas ni profesas,
lograbas tu capricho a fuerza de promesas.


El jueves, por tu ira y por lo que además
mentiste y perjuraste, tan sólo cenarás
lentejas con la sal y mucho rezarás;
si las encuentras buenas, por Dios las dejarás.


Por la tu mucha gula y tu gran golosina,
el viernes pan y agua comerás, sin cocina,
fustigarás tus carnes con santa disciplina;
Dios te dará el perdón y saldrás de aquí aína.


Como el día de sábado las habas y no más,
por la tu envidia mucha, pescado no tendrás;
como por todo esto un poco sufrirás
tu alma pecadora así redimirás.


Pasea en este tiempo por cada cementerio,
visita las iglesias, ve rezando el salterio,
asiste muy devoto al santo Ministerio;
tendrás de Dios ayuda, saldrás del cautiverio."


Puesta la penitencia, siguió la confesión,
estaba don Carnal con mucha devoción,
diciendo: -"¡Mea culpa!" Diole la absolución
y retiróse el fraile, tras de la bendición.


Allí quedó encerrado don Carnal, muy cuitoso;
estaba, del combate, muy flaco y congojoso,
doliente, malherido, destrozado y lloroso;
no le visita nadie cristiano religioso.




viernes, 20 de febrero de 2009

Camino. La nueva película de Javier Fesser sobre Alexia Gonzalez-Barros y el Opus Dei



Según Javier Fesser, Camino, es “una película de personajes de carne y hueso, de ideologías, de posiciones diferentes ante la vida, de puntos de vista a veces tan enfrentados que, al convivir, destapan sus contradicciones.“

jueves, 19 de febrero de 2009

Contra el estrés

No falta quien piensa que cada
cual debe resolver sus propias
dificultades por sí solo. Pero si
tú sabes lo que puedes necesitar
de los demás y tienes el valor
de pedirlo, sufrirás menos estrés.








martes, 17 de febrero de 2009

Libros de Viajes de las Maravillas del Mundo

a obra del italiano Marco Polo (1254-1324), sobre sus viajes por China, tuvieron una gran divulgación en los dos últimos siglos de la Edad Media.



Marco era descendiente de una familia noble Su padre, Nicolás Polo, y su tío, Mateo Polo, se dedicaban al comercio. En el 1250 partieron de Venecia con objeto de realizar negocios en el Oriente. Tras permanecer durante algún tiempo en Constantinopla, desde allí se dirigieron a Bolghari, una población situada a orillas del Volga, lugar de residencia de los tártaros occidentales. El viaje duró alrededor de veinte años, y tuvieron ocasión de visitar el conquistador mongol de China Kubilai-Jan.





Durante el siglo XV los libros de viajes gozaron de una amplia
difusión, por lo desconocido y exótico de su contenido.


Junto con su padre Nicolás y su tío Mateo, en 1271 Marco Polo visitó la corte del Gran Khan Kublai, en China, llegando a ocupar grandes cargos. En 1292 regresó a su tierra natal, dictando a un amigo todos los detalles de su viaje, de los que se había quedado prendado; éste lo publicó en francés bajo el título de Libro de las maravillas del mundo.


Una página del Libro de las maravillas del mundo
Fuente: Wikimedia Commons


La influencia de la obra de Marco Polo (así como de otras obras similares), hizo que los libros de viajes conquistaran el gusto de los lectores por lo exótico y desconocido de su contenido.


domingo, 15 de febrero de 2009

Libro de Horas y Códice Medieval

Los libros de Horas son libros de oraciones para los laicos que se desarrollaron a partir de los breviarios que utilizaba el clero.


Quienes los encargaban eran casi siempre los reyes y nobles de las cortes europeas que buscaban, no tanto expresar su devoción personal al realizar sus oraciones diarias o al leer las porciones de los evangelios que estos libros contenían, sino más bien recrearse en las espléndidas miniaturas, decoradas e iluminadas con el máximo lujo y realizadas en exclusiva para ellos por los mejores artistas de la época.




Más de 500 años después, cuando tenemos en nuestras manos una reproducción facsímil de alguno de los más importantes ejemplares de este tipo de códices medievales que han llegado hasta nosotros, no podemos menos que sentirnos igual que los reyes y reinas del pasado que gastaron grandes cantidades de dinero para tener la posibilidad de contemplar durante horas cada uno de los infinitos detalles de estas maravillosas joyas encuadernadas.

sábado, 14 de febrero de 2009

San Valentín - Mona Bell - Hoy es el día de los enamorados



Poesia al Dia de los Enamorados


Hoy es ese día que se espera tanto,
que tan solo llega una vez al año, pero
eso no importa el amor es largo y abarca
los meses, los días y los años.
Hoy es ese día donde se regalan las flores
más lindas que dan los jardines, y esas
rocas blancas que nos da la tierra y que
se convierten joyas al instante... hablo del
brillante.
Sí, hoy es ese día donde el Arco Iris tiene
mil colores, donde se recuerdan los grandes
amores y donde el poeta inspira su lira para
para regalarnos sus lindas cuartetas.
Hoy es que la Luna se viste de gala pues
ella es la musa que el cielo engalana y bajo
esa Luna se darán mil besos por toda la
Tierra los enamorados, mil besos sin fin,
en este dia glorioso de San Valentín.

miércoles, 11 de febrero de 2009

El Sentido del dolor


Cristo camino del Calvario con la Cruz a cuestas. Es un camino repleto de aflicción y de dolor. Es Dios quién sufre y quién está a punto de morir. La Cruz se convierte en el trono de su realeza. Y ese peso doloroso Jesús lo lleva por ti y por mí. ¿Y dónde estoy yo mientras Él nos entrega su corazón?.

El Camino de la vida está surcado de dificultades, de deshonras, de calumnias, de enfermedad, de soledad, de tristeza, de desesperanza. En definitiva, de dolor.

Con el peso del dolor el ser humano puede actuar sólo de dos maneras: aceptándolo con amor, entereza, generosidad y sencillez, mirando a Cristo, viviendo unido a la Cruz, y aceptando voluntariamente la tribulación; o con rechazo, con amargura, y con vacilación.

Tan grande fue el amor de Cristo por los hombres que fue capaz de llevar por sí solo la Cruz de nuestros pecados. Cuando vaciles, la respuesta es la cruz. Cuando las aflicciones te hagan mella, la respuesta es la Cruz. Cuando el dolor te invada, lleva con entereza tu cruz.

La Cruz es un signo de redención, una oportunidad para superarnos como personas, para santificar el dolor, para unirlo a la voluntad divina, para aumentar el valor de nuestro sufrimiento.

Recuérdalo, ante el dolor no estás solo. Está la Cruz de Cristo. Acepta con entereza las pequeñas cruces que se interponen cada día en tu camino y evita pasar con indiferencia en el dolor de quienes te rodean.

Desde el punto de vista iconográfico, esta pintura pertenece a un conjunto de dieciséis tablas que el maestro de Osma realizó para el retablo de la capilla de san Ildefonso – en la actualidad de las Reliquias – de la catedral de El Burgo de Osma. Siguiendo el estilo tradicional del gótico hispano flamenco, la tabla Camino del Calvario presenta a una multitud enervada portando armas – grupo que ocupa el espacio central – mientras empujan y zarandean a un Cristo humillado con la Cruz a cuestas. El griterío es ensordecedor. El Señor ante la dificultad por mantener el equilibrio, está a punto de caer al suelo. La Virgen, san Juan y las santas mujeres aparecen detrás de la figura del Señor. Es interesante en esta pintura observar un hecho poco habitual en el arte dedicado a la Pasión de Cristo, y es que María ha sido pintada ayudando a su Hijo a llevar la Cruz, porque este pasaje no aparece narrado en los textos canónicos.





ORACIÓN:Oh Señor, tú conoces la intimidad oculta de mi vida. Tú sabes mis secretos. Tú aleteas con los brazos unidos al madero. ¡Oh valor que convida a levantarse puro sobre el suelo! Concédenos tu abundante gracia.

martes, 10 de febrero de 2009

Contra el estrés

El estrés está en el ojo
(y en el corazón)
del que contempla. Cambiando
tu manera de ver las cosas,
puedes aliviar tu tensión
aun cuando las circunstancias
externas no cambien.






lunes, 9 de febrero de 2009

Manuscritos Iluminados

El gran desarrollo de los manuscritos iluminados fue impulsado por la invención del “libro”, es decir cuando se cambiaron los rollos de papiro por códices elaborados a partir de la unión de sus hojas. La iluminación de libros fue una de las formas artísticas más importantes hasta el siglo XVI. En los principios de la Edad Media la mayoría de los pintores de miniaturas eran monjes —ocasionalmente monjas o miembros del clero secular— que trabajaban en los scriptoria de los monasterios al lado de escribas o scriptores, que también eran monjes.



La mayoría de los artistas profesionales de la Edad Media tardía trabajaban sólo en la iluminación de libros, pero otros estaban involucrados tanto en trabajos de miniaturas como en pinturas de gran escala, como frescos y altares. Los iluminadores pertenecían a los gremios de pintores o de aquellos que se dedicaban al comercio de libros. Algunos escribas comenzaron a firmar sus textos en el siglo VI; sin embargo, no sobrevive ninguna firma de iluminadores antes de los siglos VIII y IX. En algunos casos, el escriba y el iluminador podían ser la misma persona.


Generalmente, varios iluminadores compartían la decoración de un libro. Las diferentes fases de trabajo de una misma miniatura eran llevados a cabo por varios miembros de un mismo taller: el maestro era responsable de la parte más complicada y determinante del trabajo, como la composición; a los aprendices se les confiaba el trabajo más mecánico, que consumía mayor tiempo y que requería menos experiencia, como la preparación de los colores o el refuerzo en tinta del dibujo preeliminar. Algunas veces las hojas separadas de un códice que aún no era unido se daban a diferentes pintores para decorar. Ellos tenían que armonizar todo el trabajo.


Así la especialización del trabajo en la elaboración de un libro creó distintas disciplinas. Estaban quienes unían las páginas de los códices, quienes mezclaban los colores, quienes se encargaban de la composición y el diseño y dibujo de las figuras, quienes pintaban con colores las figuras, quienes hacían la filigrana y el ornamento decorativos, quienes les daban su acabado lustroso a las miniaturas, etcétera. Durante el proceso de escribir, el escriba dejaba espacios en blanco para las ilustraciones y en los márgenes del libro describía en una nota qué escenas debían pintarse; es decir dejaba instrucciones para el iluminador, incluso le decía qué colores debían emplearse en la miniatura.


En los manuscritos se pintaban diversos motivos, como figuras de animales, monstruos, caracteres humanos. Las letras iniciales de los textos frecuentemente se decoraban, generalmente con una escena relacionada con el texto. Las decoraciones más ambiciosas cubrían un cuarto, la mitad o hasta una página completa. Los iluminadores copiaban otras miniaturas o se apoyaban en manuales sobre decoración de libros.

Al principio de la decoración de un códice, el libro se encontraba en hojas separadas. Una vez que la escritura del manuscrito había sido completada, el proceso de pintura empezaba con la aplicación de los colores básicos y el delineado del dibujo.


Después se aplicaban las sombras y los tonos más oscuros, luego los blancos que creaban efectos lumínicos. Los co
lores eran pigmentos vegetales o minerales molidos, que se integraban con clara o yema de huevo (como en la técnica de tempera), azúcar o cera de oído. Estrictamente hablando, un manuscrito iluminado es el que contiene finas hojas de oro o plata en su diseño. Estos eran los manuscritos más preciados; sin embargo, había monjes que renunciaban a estos lujos porque se consideraban inapropiados respecto de la vida austera que debían llevar. En el caso de los libros que se vendían, muchas veces el copista dejaba en blanco el lugar de las letras floridas (capitulares) y de las miniaturas para que un comprador modesto pudiera comprar el manuscrito tal como estaba; en tanto un cliente más rico podía hacer pintar los espacios reservados.


domingo, 8 de febrero de 2009

Vigilia Manos Unidas 2009





Este año centraremos nuestro trabajo en torno al primer Objetivo del Milenio: ERRADICAR LA POBREZA EXTREMA Y EL HAMBRE, bajo el lema "combatir el hambre, proyecto de todos" que apuesta por identificar las causas para eliminar sus terribles consecuencias. En manos de todos nosotros está el cambio y la erradicación de estas desigualdades y de acabar con ellas.



Un año más Manos Unidas quiere dar respuesta cristiana al sufrimiento actual y desea extender su brazo y su mano para prolongar las manos salvadoras de Dios que quiere llegar y salvar a los más olvidados y desheredados de la tierra.
En un mundo globalizado, Manos Unidas globaliza la solidaridad. Esta organización une sus manos con todas las manos que quieren ayudar a los más desfavorecidos para aliviar la pobreza y miseria de tantos seres humanos.
La pobreza y el hambre se dan la mano por la injusticia e insolidaridad en el mundo. Hoy existen recursos para resolver el problema de indigencia, incluso con un crecimiento de la población.
El Papa Benedicto XVI en el mensaje para la celebración de la jornada mundial de la paz del nuevo año 2009, ha descrito ampliamente la pobreza con sus implicaciones morales, destaca la pobreza y el hambre de los niños. Cuando la pobreza afecta a una familia, los niños son las victimas más vulnerables. Destaca el Papa la actual crisis alimentaria que pone en peligro la satisfacción de las necesidades básicas.

«Esta crisis se caracteriza no tanto por la insuficiencia de alimentos, sino por las dificultades para obtenerlos y por fenómenos especulativos y, por tanto, por la falta de un entramado de instituciones políticas y económicas capaces de afrontar las necesidades y emergencias. La malnutrición puede provocar también daños psicofísicos a la población, privando a las personas de la energía necesaria para salir, sin ayuda especial, de su estado de pobreza. Esto contribuye a ampliar la magnitud de las desigualdades, provocando reacciones que pueden llegar a ser violentas. Todos los datos sobre el crecimiento de la pobreza relativa en los últimos decenios indican un aumento de la diferencia entre ricos y pobres».

Que nadie muera de hambre por nuestra culpa. Vivamos los días de misericordia para ayudar siempre a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales. Hoy nos contentamos en dar de comer al hambriento. La miseria humana atrae la compasión de Cristo Salvador que ha querido cargar sobre si e identificarse con los «más pequeños de sus hermanos, los oprimidos por el hambre, la pobreza o la miseria», son objeto de un amor de preferencia por parte de la Iglesia, que desde los orígenes y a pesar de los fallos de muchos de sus miembros, no ha cesado de trabajar para aliviarlos, defenderlos y liberarlos. Lo ha hecho mediante innumerables personas organizadas e instituciones que testimonian la caridad de Cristo como puede ser Manos Unidas.

Enhorabuena por celebrar 50 años de existencia en la diócesis de Segovia donde vivimos y hacemos memoria de lo que nunca podremos olvidar.

sábado, 7 de febrero de 2009

Manuscritos Medievales Europeos

Hasta la invención de la imprenta en el siglo XV, todos los libros eran manuscritos, es decir escritos a mano. En la Europa de comienzos de la Edad Media, los monjes escribían los libros, ya fuera para otros religiosos o para los gobernantes. La mayor parte de ellos contenían fragmentos de la Biblia, aunque muchos eran copias de textos de la antigüedad clásica. Al principio utilizaron gran variedad de estilos locales que tenían en común el hecho de escribir los textos en letras mayúsculas, costumbre heredada de los tiempos de los rollos. Más tarde, como consecuencia del resurgimiento del saber impulsado por Carlomagno en el siglo VIII, los escribas comenzaron a utilizar las letras minúsculas , cursivas, y a escribir sus textos con una letra fina y redondeada que se basaba en modelos clásicos.

Los manuscritos generalmente incluían ilustraciones, pero las técnicas para combinar imágenes y texto variaban. Algunas ilustraciones se ponían simplemente arriba o debajo del texto, pero otras se intercalaban con el texto o se enmarcaban. Las ilustraciones de los libros se llamaban miniaturas pues esta palabra proviene del latín minium, que designa un pigmento rojo hecho de plomo. Los manuscritos decorados con oro y colores se llamaban iluminados. La iluminación de manuscritos se sofisticó durante la Edad Media europea, al grado que implicó una división del trabajo: había expertos que sólo elaboraban los bordes de las hojas, otros decoraban iniciales, otros pintaban imágenes y otros más aplicaban la hoja dorada.


Los libros medievales tenían portadas de madera, reforzadas a menudo con piezas de metal y con cierres en forma de botones o candados. Muchas de las portadas iban cubiertas de piel y en ocasiones estaban ricamente adornadas con trabajos de orfebrería en oro, plata, marfil, esmaltes y piedras preciosas. Estos ejemplares eran auténticas obras de arte en cuya confección intervenían, hacia el final de la Edad Media, orfebres, artistas y escribas profesionales. Los libros, por aquella época, eran escasos y muy costosos, y se realizaban, por lo general, por encargo de la pequeñísima porción de la población que sabía leer y que podía sufragar sus gastos de producción. El grosor y el peso de estos libros medievales hacían muy impráctico producir manuscritos muy grandes, como una Biblia entera, en un solo volumen. Como resultado de esto, cada sección de una obra se elaboraba como un libro individual. Los evangelios, los salmos, y los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, por ejemplo, se fabricaban individualmente. Estos tomos tan pesados se almacenaban acostados dentro de gabinetes para mantener las hojas planas.









jueves, 5 de febrero de 2009

El niño con el pijama de rayas



Trailer en español de la adaptación de la novela El niño con el pijama de rayas.
Es la historia de Bruno, un niño de 8 años que presencia el holocausto nazi y la II Guerra Mundial bajo la perspectiva de que su padre es el comandante encargado de dirigir el tristemente famoso campo de concentración de Auschwitz. Tiene una vida muy feliz, pero un día, en una escapada, descubre una alambrada y a un niño con un pijama de rayas dentro (un prisionero de Auschwitz, claro), con el que entablará amistad. Ciertamente, la premisa es muy válida y Boyne toca de una forma original el holocausto, pero la mezcla entre el tono infantil y el prisma adulto no funciona demasiado bien.

martes, 3 de febrero de 2009

Contra el estrés

Hay quien cree que la vida
debería ser perfecta y exenta de
preocupaciones. Esta convicción
sólo lleva a aumentar todavía
más el estrés cuando la realidad
no se corresponde con las propias
expectativas. Tómate la vida tal
como es. Acepta sus altibajos
con gracia y sentido del humor.